Pocas figuras históricas alcanzaron una popularidad tan grande en A Coruña como el general Juan Díaz Porlier, a quien se conoció por el sobrenombre de El Marquesito, ya que se decía que era hijo ilegítimo del Marqués de la Romana. La tradición liberal coruñesa nace con este joven militar, ya que fue el protagonista del primer levantamiento contra el absolutismo monárquico en la ciudad, que habría de concluir con su ajusticiamiento público. Porlier nació en la ciudad colombiana de Cartagena de Indias en 1788. Fue hijo natural de Esteban Porlier, cuya familia trató de ocultar la relación con el niño colocando el apellido Díaz antes del suyo. Cuando todavía no era más que un muchacho, ingresó en la Marina y participó en la batalla de Trafalgar. Al poco tiempo cambió los barcos por la Caballería, arma en la que sirvió durante la Guerra de la Independencia. Su valor y su pericia militar le hicieron alcanzar el grado de brigadier con sólo 21 años. Porlier mantuvo una intensa relación con A Coruña en esta época, ya que en esta ciudad organizó tropas que atacaron a los franceses en diferentes puntos del norte de España. Al concluir la guerra, el impetuoso militar se proclamó defensor del liberalismo y criticó la abolición de la Constitución de Cádiz, lo que le valió una condena de cuatro años de prisión en el castillo coruñés de San Antón. En agosto de 1815, Porlier pidió permiso para tomar las aguas en el balneario de Arteixo y pasó por la casa de su amigo Andrés Rojo en Pastoriza. Allí decidió iniciar un pronunciamiento contra el rey Fernando VII, por lo que entró en A Coruña al frente de los soldados que debían custodiarle y proclamó la Constitución. Porlier recibió apoyo de los coruñeses y los ferrolanos, pero se enfrentó a las autoridades compostelanas, que organizaron tropas para combatirle. Cuando se dirigía contra ellos, fue traicionado por algunos de sus hombres, que le condujeron a A Coruña, donde fue juzgado y condenado a morir en la horca. El paladín liberal fue colgado el 3 de octubre en la actual plaza de España —entonces Campo de la Horca— donde hoy una estatua le rinde homenaje. J. M. Gutiérrez