[endif]Si hay una calle coruñesa conocida por quienes nunca han visitado nuestra ciudad, posiblemente sea la avenida de La Marina, quizás el espacio urbano más fotografiado de todo el municipio. El magnífico conjunto de edificios que se alinean a lo largo de esta céntrica vía se convirtió desde su construcción en un auténtico emblema de A Coruña, sólo comparable a la Torre de Hércules. Por esta razón, las populares casas con galerías de La Marina aparecen en cualquier folleto o libro turístico sobre la ciudad, inundan los muestrarios de postales y son reflejadas en todos los reportajes gráficos que se elaboran acerca de A Coruña. La avenida debe su nacimiento a la construcción de los muelles de la ciudad, que hicieron desaparecer las fortificaciones que se extendían por todo el litoral de la Pescadería. A partir de 1870 comenzaron a derribarse las casas que formaban la acera de los números impares de la calle Riego de Agua, que entonces se adelantaban hacia el mar mucho más que en la actualidad. Los nuevos edificios construidos adoptaron el estilo arquitectónico de moda en A Coruña, las galerías acristaladas. El conjunto tan sólo se ve interrumpido por un edificio diferente, construido en los años treinta de nuestro siglo y al que se conoce por el nombre de el colmillo de oro. El nombre de La Marina hace alusión al carácter de paseo marítimo que tuvo esta avenida en sus orígenes. Hay que recordar que los anglosajones llaman también marina a este tipo de paseos y a las zonas de atraque de barcos de recreo. Durante el periodo franquista se quiso identificar a esta avenida con la institución de la Armada española, para lo que incluso se ubicó un monolito con el escudo de este ejército al comienzo de la calle. Sin embargo, el intento de imprimirle un carácter militar a La Marina no cuajó, puesto que los coruñeses siempre han asociado este nombre con su proximidad a la bahía. / J. M. G.