Buenos días!

El tiempo pasa muy rápido y suceden cosas que te hacen tomar decisiones que, a corto plazo, no estaban previstas …

… pero esta vez mi tía, mi madre y yo sentimos que el momento había llegado y que las ganas de volver a ver a nuestra familia podían más que los 1.000 kilómetros que separan Coruña de Cornellá de Llobregat (Barcelona) así que con las maletas repletas de emoción y nervios embarcamos en un avión que nos llevaría directas a este ansiado encuentro.

Teníamos tantas ganas de verlos a todos!

Y tan poco tiempo… Dice el refrán que “lo bueno, si es breve, dos veces bueno” así que, además de llenar las horas de nuestro viaje con besos, achuchones, cariño, conversaciones, recuerdos, risas y lágrimas…

me dio tiempo a sacar unas fotillos por Cornellá,

a visitar el campo del Español después de habernos metido cuatro caracoles

y a sacar las siguientes conclusiones… que es mejor la acción que la intención y el abrazo de verdad al emoticono de WhatsApp, que los sentimientos son más fuertes que el paso del tiempo y que la distancia no debería ser nunca la excusa… Qué os parece… da que pensar verdad?

Pues por si fuera poco todo lo que os he contado, también descubrí que no me sienta nada bien el risotto (argg), que independientemente del lugar al que te dirijas, el tiempo estimado para ir de un lugar a otro en Barcelona es de unos 15/20 minutos, que se puede ganar dinero vendiendo gambas decorativas por internet ¡qué fuerte! ja,ja,ja, y que hay un Sr. con muy mala baba en el aeropuerto que justo cuando te dispones a disfrutar de tu momento shopping te repite una y otra vez: “sres. Pasajeros con destino a Coruña, embarquen por la puerta….”

Ains, si lo pillo en ese momento!...

En fin… que todo lo bueno se acaba y este bonito viaje (que nada tiene que ver con lo que está pasando sino con algo muuuucho más importante) también, así que muchos besitos y abrazos a mi familia, muchas gracias a vosotr@s por pasearos un miércoles más por aquí

Y colorín, colorado, el post de hoy doy por terminado …

Chao!