Ni siquiera soy mi esclavo. Desconfié de un precio tan bajo.
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Tú eres mi pijama.
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Qué insulso me parece el pan de cada día, qué mustia la alegría, qué fatua la victoria.
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Solo, como un oso cuando cierra los ojos al llegar el invierno.
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Los bosques de mi infancia no tienen dueño. Aunque los desbrocen. Aunque los talen.
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¿Es la vida un cisne sin cuello?
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De pequeño quería ser ornitólogo. Perdí la vocación al descubrir que las mujeres no vuelan.
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No sabe nada de democracia. No está para dar (e)lecciones a nadie.
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Estoy llamado a no ser nada, y es un tipo de heroísmo que me cae como un guante.
