Qué bonito es el amor de los que no lo tienen.
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El lector puede fantasear cuanto quiera: esa es su potestad y la grandeza de su libertad creadora. Pero con la novela sólo se acuesta su autor, aunque ésta le cierre a menudo la puerta de su habitación.
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Pienso, luego insisto.
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Mi perro es la única persona que he sido capaz de retener a mi lado.
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No entender nada es entenderlo todo, por mucho que nos quieran convencer de lo contrario.
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¿Cuándo tendré tiempo para tener tiempo?
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Suelo comportarme de manera todavía más desagradable en mis ratos libres. Es entonces cuando hago mejor mi trabajo.
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Me gustaría constatar que aburro a las ovejas, pero éstas no se dignan a aparecer cuando abro la boca.
