Todas y cada una de las medidas aumentan las jaquecas ciudadanas. Y eso que los recortes y las reformas no van contra nadie. Lleva razón el presidente mayor de nuestra comunidad de propietarios e inquilinos. Nadie ha hecho tanto en poco más de cien días. Tanto daño, naturalmente, a todo lo habido y por haber.
Aun así, las insaciables garras del Fondo Mortuorio Internacional piden más esfuerzos. ¿A quién? No hay ningún problema para atender la amable solicitud de la familia Monster. Ahí está el Ejecutivo con su colección de ajustes por entregas. Cumpliendo su delirante guión, según las estrictas órdenes de la jefa alemama, e improvisando para contentar a los mercaderes que sólo velan por sus intereses especuladores y económicos.
Éste es el nuevo modelo retrógrado y ésta es la transformación social administrada por los gestores totalitarios que nos controlan con la bendición eclesiástica y el espíritu de sacrificio que nos pide la pobre Iglesia. La innovación, la sanidad, la educación y el resto de asuntos sociales van hacia atrás con pasos de gigante. Esto desgasta al delegado alemán en nuestro país. Pero el líder de la oposición no lo rentabiliza de momento.
Que contrarresten los despropósitos y ofrezcan alternativas viables que lleguen a la gente. Con las urnas francesas a flor de piel, los electores gozan de una extraordinaria oportunidad para sacudirse las malas pulgas que contaminan esta Unión Europena patrocinada por Berlín. Póngase fuera de juego al jefe galo en la segunda vuelta y después, dentro de año y medio como mucho, a la diosa de nuestras desventuras. Es preciso frenar a los hipermercados, poner el ojo en los que más tienen y favorecer que la criatura crezca por encima de tan penosa austeridad.