El nuevo fichaje del Barcelona, el francés Ousmane Dembélé, tuvo una presentación algo accidentada en el Camp Nou. El galo, que acudió con retraso por un problema económico con su su antiguo club, el Borussia de Dortmund, quiso marcarse un gesto técnico original para deleitar a los aficionados, pero no tuvo su día y no supo controlar el balón. Un momento compartido en redes y sistemas de mensajería de manera constante a lo largo de la jornada.