Que el Sr. Gómez, al que no tengo el dudoso honor de conocer, y el Sr. Mejuto, al que hemos tenido que sufrir como pésimo exdirector de la fábrica de armas de A Coruña, vomiten en los medios perlas como: "A estos señores no tenemos que darles ningún tipo de explicación", "Esta gente no son más que unos okupas" o "Son piquetes en actitud mafiosa", refiriéndose a los trabajadores despedidos que llevamos desde febrero de 2013 encerrados en la fábrica, sin duda les retrata.

Que además el Sr. Mejuto tenga la osadía y la desfachatez de afirmar que gracias a su gestión con no se sabe muy bien quién, la maquinaria sigue aún en la fábrica, da una idea de su catadura moral.

Afortunadamente, vivimos en la era de las nuevas tecnologías y no hay más que tirar de hemeroteca para ponerlos colorados a ambos.

Se les llena también la boca diciendo que "los 172 trabajadores despedidos han de ser readmitidos" y, sin embargo, el Sr. Gómez confirma ante los micros que su proyecto no lo conocen los 61 despedidos forzosos pero sí los 110 que firmaron las bajas voluntarias incentivadas... a mí desde luego me cheira...

Quiero preguntar a estos dos: ¿Dónde estaban cuando mis compañeros, hombretones criados dentro de los muros de la fábrica, salían uno a uno del despacho de Personal llorando como niños tras firmar sus cartas de despido?

¿Dónde estaban ellos y sus familias en las manifestaciones y concentraciones de apoyo?

¿Dónde pasaron ellos y sus familias el verano de 2013 mientras nosotros nos encerrábamos en el interior de la fábrica?

¿Dónde se sentaron a comer ellos y sus familias mientras las nuestras nos lanzaban bolsas con comida a través de los muros de la fábrica?

¿Cuándo sus familias les tuvieron que tocar a través de una reja o ver a través del cristal de una garita?

Nos preguntaba el Sr. Gómez en el encontronazo del lunes de la semana pasada que si éramos "los vigilantes de la fábrica". Pues bien, quiero decirle a este señor que sí, que gracias a que nosotros y nuestras familias hemos sido "los vigilantes de la fábrica" los últimos 16 meses de nuestras vidas, ellos pueden jugar a ser gestores decentes.