Después del calvario y demás vía crucis impuestos a los españoles por medio de una corrupción galopante que enfanga al país, el aumento de las desigualdades sociales, o los desahucios que están quitando a los españoles un recurso básico de subsistencia, nos encontramos ahora ante la vuelta de tuerca que representa la ley mordaza del Gobierno de Mariano Rajoy. Es ciertamente contradictorio que en uso de herramientas constitucionales, el Gobierno haya tumbado algunas garantías constitucionales creando un estado autoritario que reduce las libertades que la propia Constitución ha promovido. Como consecuencia de todo ello la reacción de la ciudadanía no se está haciendo esperar.

Es la aparición en el escenario de la encuesta del CIS de una formación que se está convirtiendo en la principal causa de insomnio de todos. Aún así todos quieren votarles. Lo que no quieren es que vuelvan a ganar los otros. Hay demasiado olor a podrido; pero es ante todo el cabreo y la indignación de esa ciudadanía, que no quiere que se frustren por más tiempo sus expectativas. Ingenuos. Se trata sin duda de una respuesta a la desesperada que no puede conducir a un buen final... así funcionan las cosas.