Escribo esta carta para contar la experiencia de un señor de 70 años que vio crecer a los Riazor Blues en los últimos 27 años de este Real Club Deportivo.

Soy socio número 2080 y accionista. Empecé a ir a Riazor allá por el año 1968, siempre en un lateral de la antigua general de pie. Fueron años de frío y lluvia a la intemperie en el viejo estadio, éramos cuatro gatos pero orgullosos y valientes, en una época en la que todo eran murmullos y reprobaciones a los jugadores y en la que éramos como los vasallos de los poderosos a los que mirábamos desde Segunda y Tercera División.

Aproximadamente en la temporada 79/80, no lo recuerdo con exactitud, aparecieron unos jóvenes y no tan jóvenes que nos dejaron a todos asombrados. "Traían al estadio una cabra" y todos estábamos expectantes con los de la cabra, porque estos chavales hacían todo lo contrario a lo que hacíamos nosotros (siempre en silencio reprobando a los jugadores): animaban con sus gritos y cánticos a nuestro real club. Eran pocos, pero poco a poco se les fueron sumando más y más y los jugadores los empezaban a notar, creo que había nacido el embrión de todo.

Pasaron temporadas, ascensos frustrados (Rayo), y llegó el día que empezó el nacimiento del nuevo Dépor con el mítico gol de Vicente Celeiro ante el Racing de Santander. Ahí, ese día, supe que el Deportivo no moriría, porque aquellos, "los de la cabra", habían pasado el testigo a unos niños de apenas 14-15 años que poblaban la valla con banderas azules y blancas. Habían nacido los Riazor Blues. El club creció al abrigo de estos chicos: la promoción frustrada con Tenerife y el ascenso entre llamas que ellos consiguieron con la ayuda de los jugadores, no sin antes viajar con el equipo a todas partes ("Descamisados e sen durmir", como diría el profesor de Arteixo). Siguieron años de crecimiento, colorido, animación, Champions, títulos, los grandes jugadores, los 19 años de morder el polvo del Madrid, el Centenariazo, donde estos chicos contagiaron a 25.000 coruñeses.

Si me dicen en el año 1968 que el Real Club Deportivo de La Coruña, "el Coruña" como nos llamaban, iba a ser campeón de Liga, me reiría hasta hoy, pero lo fuimos y todo eso lo consiguieron estos chavales en un 85%, sin ellos no hubiese sido posible, lo apuesto todo. Sin la complicidad de ellos con jugadores, cuerpo técnico y directiva no hubiese sido posible. La portería de la curva, como ellos la llaman, nadie la quiere en la segunda parte de los partidos, los entrenadores rivales lo saben bien y no solo en España, también en Europa, donde nunca imaginé competir.

Creo, en mi modesta opinión de viejo socio, que los Riazor Blues (la marca maldita de este Consejo de Administración) no son más que el resultado de la unión de jóvenes de distintos barrios de la ciudad, para animar a su equipo sin distinción social o política. Por eso me duele la burda criminalización de todos los jóvenes de ese fondo (chicos, chicas, señores y señoras). Sin ese fondo el Deportivo no es nada, por lo menos para este viejo socio que entrega el carné desde hoy y, con dolor de corazón, dejará de ir al estado como siempre hacía.

Este es mi pequeño homenaje a Jimmy, a los heridos en la emboscada de Madrid y a todos los Riazor Blues de antes, ahora y siempre. Gracias por hacerme disfrutar desde 1968 hasta hoy. Sois el mejor patrimonio de este club, sin vosotros el Dépor no es nada.

¡Forza Dépor! No a la violencia en el deporte ni en la vida.

LA OPINIÓN publica opiniones de sus lectores, así como réplicas y sugerencias de interés general que sean respetuosas hacia las personas e instituciones. Las cartas pueden ser enviadas a LA OPINIÓN por vía postal (C/ Franja 40-42 15001 A Coruña), por fax (981 217 402) o por correo electrónico/cartasaldirector@laopinioncoruna.com). Deben tener como máximo 20 líneas e incluir nombre, apellidos, DNI, domicilio y teléfono de contaco. LA OPINIÓN se reserva el derecho a extractarlas.

Cláusula Legal: LA OPINIÓN A Coruña S. L. (C/ Franja, 40-42, 15001, A Coruña), le informa que sus datos de carácter personal facilitados en este formulario de cartas al director, serán incorporados a nuestros ficheros y tratados automatizadamente. De acuerdo a la L.O.P.D. 15/1999 (Ley Orgánica de Protección de Datos), vd. podrá ejercer su derecho de acceso, rectificación, cancelación y oposición conforme a dicha ley. El titular de los datos se compromete a comunicar por escrito a la compañía cualquier modificación que se produzca en los datos aportados.