Cada verano que pasa soy más consciente del poco o nulo interés que tienen determinados gobiernos autonómicos en hacer una verdadera política de prevención de incendios en nuestra masa forestal.

Cuando un ciudadano cualquiera como yo ve las cifras que se manejan en los presupuestos de las comunidades autonómicas referidas a la política de salvaguarda de nuestro patrimonio forestal, se tiene que llevar las manos a la cabeza viendo la cantidad ingente de millones de euros que se dilapidan año tras año, sin conseguir preservar a nuestros montes de las causas que provocan los incendios.

Cualquier persona con dos dedos de frente estará de acuerdo en que la mejor política, y por consiguiente la más eficaz, contra esa lacra social no es otra que llevar a cabo una profunda e intensa labor de prevención, y que esta solo se consigue de una manera consecuente con hacer una política que estimule y anime a los propietarios de los montes a llevar a cabo una limpieza integral de los mismos, tantas veces como sean necesarias.

En mi modesta opinión, y sin ser ningún experto en la materia, les propongo a los dirigentes de esos gobiernos que solo piensan en la manga-riega, que sí se pueden aplicar otras medidas más acordes con el sentido común y más respetuosas con el medio ambiente.

1º.- Que los ayuntamientos con masa forestal dispongan de un número determinado de personas dedicadas a realizar la limpieza de los montes de su demarcación territorial, en todas las épocas del año.

2º.- Ese mismo personal se podría encargar de controlar aquellos montes que, por la cantidad de maleza que tuviesen, sería obligatorio que se procediese a su limpieza en un periodo de tiempo determinado.

3º.- El propietario del monte, una vez notificado para llevar a cabo la limpieza, tiene dos opciones: contratar a una empresa o un particular autónomo para que proceda a limpiar ese monte, o en su defecto, pagar el precio estipulado por el ayuntamiento en cuestión para que su personal contratado realice esa actividad.

4º.- Si no se realiza la limpieza en el plazo concedido, se procederá a llevarse a efecto por el propio personal del ayuntamiento, y pasándole el cargo al propietario del monte.

5º.- Los gastos originados como consecuencia de las limpiezas del monte en cuestión, debidamente justificados con sus correspondientes facturas y pago de impuestos, serían deducibles del impuesto de la renta, en el ejercicio que correspondiese con la venta de la madera.

¿Cuántos puestos de trabajo se crearían en las comunidades autónomas y en los respectivos ayuntamientos de esas comunidades? Estoy seguro de que cientos de puestos de trabajo, y además se evitarían la inmensa mayoría de los incendios forestales, así como mejoraríamos nuestro medio ambiente en todas sus facetas. ¿No será mejor la idea que acabo de exponer, antes de que nos gastemos los gallegos 320 millones de euros en los años 2014 y 2015 para fundamentalmente apagar los fuegos con la manga-riega y aviones pilotados por personal foráneo? No quiero traducir esa cantidad en pesetas, porque sería algo de escándalo.

Galicia es de las comunidades que más gastan en apagar fuegos y menos en prevención (más o menos la mitad del presupuesto), sin que nadie sepa en qué consiste esa labor de prevención ni la eficacia de la misma. Aragón, Cantabria, La Rioja y Andalucía gastan más en prevención que en utilizar la manga-riega.

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