Después de todo lo que se ha publicado sobre Artur Mas, así como por todo lo que se ha sabido estos días tras la operación llevada a cabo por la Guardia Civil en las dependencias de CiU y de la Fundación que le da apoyo, con las correspondientes detenciones llevadas a cabo de los dos tesoreros del partido, no sé qué espera el señor Mas para retirarse de una vez de la vida política.

En estos momentos, estoy convencido de que el presidente en funciones en nada contribuye al fortalecimiento de la vida y actividad democrática en nuestro país llamado España, y ni tan siquiera en la comunidad autónoma de Cataluña.

El Sr. Mas haría un gran favor a todos los españoles, incluidos los catalanes, permitiendo que alguien de su partido político tome las riendas del mismo y de la propia Generalitat de Cataluña, una vez que el nuevo candidato logre los apoyos necesarios para ser proclamado presidente.

Se avecinan tiempos nuevos, sobre todo y así lo espero, tras las elecciones del 20 de diciembre, y por ello se hace necesario que determinadas fichas del tablero de ajedrez, en el que se ha convertido España, se cambien, se renueven, ya que considero que de esa manera será la única que haga posible que los problemas que se plantean en estos momentos con Cataluña se puedan resolver por la vía del diálogo, de la negociación y del saber ceder. Tengo muy claro que con los dirigentes políticos, que a día de hoy encarnan la representación de los partidos políticos con mayor carga de corrupción, no será posible llegar a ningún punto de entendimiento.

Antes de que la situación política de España vaya a peor, sería interesante que por parte del Partido Popular se designase a otro candidato que no fuese el Sr. Rajoy y hubiese además un cambio sustancial en el Consejo de Ministros (en el supuesto de que gobernase de nuevo el PP), ya que alguno de los miembros del actual ejecutivo llegaron a amenazar incluso con la intervención del Ejército si no se cumplía la ley. Por favor, Sr. Rajoy, que de una vez por todas penetre el sentido común en los dirigentes políticos que nos han de gobernar los próximos cuatro años. Tanto el presidente del gobierno de España, como el presidente de Cataluña, son los únicos responsables de lo que pueda acontecer en nuestro país en las próximas fechas. De sus respectivas cinturas políticas -si es que no se retiran antes de los puestos de responsabilidad que hoy ocupan- dependen muchas cosas, y algunas de ellas muy graves que pueden acontecer en España. Estoy totalmente convencido de que nadie en este país quiere ni pretende que se vuelvan a repetir los hechos acontecidos allá por el año 1640, cuando se proclamó la república en Cataluña, tras la mala gestión por parte de Felipe IV y de su valido el conde duque de Olivares cuando trató de imponer en el reino de España la "Unión de Armas".

Además de lo dicho anteriormente, no nos olvidemos que detrás de Cataluña pueden ir otras comunidades; ya hemos podido ver estos días atrás cómo en el País Vasco ya se reclama el el status de Nación.

Señores dirigentes políticos, piensen más en el interés general de todos los españoles y menos en las cuestiones ideológicas de sus respectivos partidos. Siéntense, dialoguen, discutan, pero lleguen a acuerdos, y si no están dispuestos a ello, váyanse, y dejen el sitio a otros, que con toda seguridad estarán dispuesto a hacerlo por el bien, la seguridad y la tranquilidad de todos nosotros.

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