No es difícil proyectar sobre España la difícil situación que se ha producido en Portugal, en caso de que el centro-derecha no consiguiese sumar la mayoría necesaria. La sustancia del Partido Socialista Portugués ha sido la socialdemocracia, muy distante de populismos y radicalismos. El cambio de estrategia socialista, aceptando los cantos de sirena de un programa radical, plantea numerosos interrogantes sobre el futuro de Portugal, que empezaba a ver la luz tras el duro ajuste impuesto por la crisis.

Parece que una parte del socialismo español no haría ascos a un pacto con los partidos más a la izquierda, en particular con Podemos, lo que provoca incertidumbre en diversos ámbitos internacionales. Convendría que sobre esto, Pedro Sánchez fuese más claro de lo que ha sido su colega y correligionario portugués.