El hecho de no haber aceptado el presidente en funciones la propuesta que el Rey le hizo por medio del presidente del Congreso, para presentarse ante sus señorías, y si era posible, ganarse su confianza para ser elegido como presidente del gobierno, ha sido un grave error, entre otros que comentaré.

Es cierto que, como el mismo decía, en esos momentos no contaba con la mayoría suficiente para ostentar tal representación, pero como dicen en mi tierra: "La confianza hay que ganársela", y no cabe la menor duda, que para ello hay que trabajar, comportarse como un verdadero demócrata, y saber que tienen que ceder en tus pretensiones primitivas y aceptar otras de tus rivales políticos en esos momentos. En definitiva, hay que negociar. El Sr. Rajoy, y su equipo, lo de negociar lo llevan muy mal, por no decir pésimamente, ya que durante estos últimos cuatro años, los que han durado la legislatura, ha gobernado a base de decretos y con el rodillo de la mayoría absoluta, que efectivamente le dieron los votantes españoles. Un hombre y un equipo que gobierna de esa manera durante tanto tiempo, el bajar a la arena de la negociación, saber en qué momentos tienen que ceder, ejercer la cintura política suficiente, como para poder salir airoso y con el menor número de rasguños posibles, es un arte, que hay que ejercerlo, practicarlo de forma asidua y hacerlo con convencimiento y espíritu abierto, en definitiva, ser y ejercer de demócrata.

La circunstancia de que tenga el Sr. Rajoy que cambiar su programa por tener que aceptar planteamientos de otras fuerzas políticas para llegar a un pacto, no debería ser problema alguno para el presidente en funciones, ya que de lo que nos decía en su momento de campaña electoral, a lo que después hizo en el ejercicio de su mandato, nada tiene que ver, ni se le parece. Por ello no debería causarle ningún problema de conciencia el tener que llevar a cabo las adaptaciones que fuesen necesarias tras una negociación, porque a ello ya debería estar acostumbrado, con la cantidad de cuestiones que ha dejado de cumplir de su programa electoral, engañando a la mayoría de los españoles. A mi modo de ver, ese fue otro de los graves errores del Sr. Rajoy, ya no tanto por no cumplir con lo que había prometido, sino por no atreverse a pedir perdón a los millones de votantes y justificar las decisiones que le llevaron a adoptar aquellas medidas.

El haber aconsejado al Rey para que no recibiese a la presidenta del parlamento de Cataluña. Una vez elegida ésta de manera democrática por la mayoría parlamentaria de la comunidad autónoma catalana, me parece que ha sido otro de los graves errores del Sr. Rajoy, porque para lo único que ha servido es para dar más argumentos y razones a aquellos catalanes que consideran que España nos los quiere o, por lo menos, les da un trato desigual al que se produce con otras comunidades.

Todos estos errores, y no me voy a referir a otros como el no reconocer la corrupción dentro de su propio partido, la sumisión total y absoluta a las decisiones de Alemania, las privatizaciones, los recortes en materia de las políticas sociales, etc., etc., digo que todos esos errores, van a llevar consigo, que si se celebran nuevas elecciones generales, cosa que me parece que es lo que va a suceder, porque el presidente en funciones así lo quiere (es suficiente con su abstención a un posible pacto de gobierno entre otras fuerzas políticas), el más perjudicado va a ser el propio Partido Popular, porque los votantes le van a castigar, por su cobardía y su falta de comportamientos democráticos.

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