Respeto profundamente la decisión de los que votamos, pero si algo no me encaja es el enjambre de bolillos que están generando aquellos a los que hemos votado.

Se está jugando, según dicen ellos, el futuro de este diverso País.

Pero para todos ellos, en uno u otro sentido pesa una situación mal resuelta.

Los que votamos lo hemos hecho pensando que nuestro voto útil serviría para que las cosas mejorasen y lo hemos hecho en diversos sentidos.

Es legítimo decidir si te vas a dedicar a la política y por ello deberás entender, con naturalidad, que lo que te han solicitado tus votantes está dirigido a sus intereses.

Ha pasado el tiempo y nuestros políticos siguen sin entender que estamos esperando a que nos ofrezcan alternativas que mejoren lo que tenemos: por eso hemos votado

¿A dónde nos quieren llevar?

Es evidente que esta situación nos produce indignación e impotencia: son los sentimientos de los que les hemos votado.

Existe algo extraño en la política, o más bien en los que deciden dedicarse a ella.

Un estudio descubre que, dependiendo de la parte del cerebro que prevalece las personas tienen diferencias en la gestión del miedo y el riesgo. Evidentemente no está hecho con políticos. Me llamó la atención que el lóbulo frontal controla la capacidad para controlar los impulsos instintivos, el sentido de la responsabilidad hacia uno mismo y los demás o la empatía.

¿Les faltará a los políticos?

El hallazgo me hizo reflexionar, seguí leyendo y yo me ubiqué en la amígdala porque ésta custodia las emociones básicas como la rabia y el miedo, también el instinto de supervivencia: recuerda traumas y aquello que nos ha hecho sufrir.

Es claro que lo que quiero decir, parafraseando a Boris Vian: niego que una cosa tan inútil como el sufrimiento puede dar derechos a lo que sea, al que sea, sobre lo que sea.

Los que estamos sufriendo la actual situación esperamos que los políticos, a los que hemos votado, tomen decisiones responsables.

Es un momento crucial de la toma de decisiones políticas en España. Ninguno debe ni puede mirar a otro lado. Las decisiones que tomen deben estar consensuadas y desde luego deben buscar el bien común: El de los ciudadanos de este país.

"Cuando los elefantes luchan la hierba es la que sufre" (Proverbio africano).

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