Los últimos sondeos publicados por distintos medios de comunicación, y corroborados estos por muchos analistas en distintas tertulias, señalaban que, si se produjesen unas nuevas elecciones el resultado de las mismas no iba a variar sustancialmente los resultados del 20 de diciembre, con lo que el problema de no ser capaces los dirigentes políticos, que a día de hoy representan a los partidos políticos, de lograr un acuerdo para formar gobierno en nuestro país, se volvería a plantear una vez celebrada la consulta electoral.

Siempre manifesté, y así lo sigo manteniendo, que ello sería de esa manera, siempre y cuando las circunstancias sociopolíticas de nuestro país no cambiasen, y que dados los movimientos judiciales que estaban teniendo lugar, era factible que los acontecimientos que producirían las diversas comparecencias a título de "investigados", iban a ser decisivas para el devenir de nuestra situación política. Hoy, más que nunca, estoy convencido que una vez que hemos conocido el nivel de presunta corrupción en la Comunidad Valenciana y en el propio Ayuntamiento de la capital, junto con todo lo que ya se había publicado, no le arriendo la ganancia al partido popular, y estoy convencido de que no solo no va a incrementar votos, en el supuesto de nuevas elecciones, si no que bajará de manera escandalosa, máxime si tenemos en cuenta lo que ha pasado en Murcia y en la sede del PP madrileño, con dimisión incluida de Esperanza Aguirre.

Ante esta situación tan penosa para el partido del Sr. Rajoy, debería centrarse más en tratar de conseguir un acuerdo de gobierno, y si ello no es posible, que es lo más probable, permitir con su abstención que otras fuerzas políticas puedan gobernar en España. De esta manera, seguiría el Sr. Rajoy conservando a sus señorías en un número importante tanto en el Congreso como en el Senado, y no verse abocado a tener que abandonar el liderazgo del partido en el nuevo cartel electoral, si hubiese necesidad de convocar nuevas elecciones. Estoy también convencido de que existía un pacto entre el PP y C´s para ir los dos dirigentes, Rajoy y Rivera, de la mano y repartir algunas migajas con el PSOE, si es que lo lograsen convencer para unirse al carro de los partidos nacionales, que no constitucionales, de centro derecha y obedientes a lo que le digan lo grandes poderes económicos, el IBEX y la señora Merkel.

Hoy por hoy, Ciudadanos no creo que aceptase un gobierno presidido por el Sr. Rajoy, y lo que tratará de pedirle al presidente en funciones es que mediante la abstención de sus señorías, permita que se pueda constituir otro modelo de gobierno, con posibles compensaciones a nivel local, provincial y autonómico.

Los españoles no nos merecemos que por la ineptitud de determinados dirigentes políticos, tengamos que soportar un nuevo gasto en un proceso electoral que ya realizamos, y que además, la opinión que tendrían de nosotros los demás países europeos no sería lo mejor para ese sentimiento de marca España, que algunos tratan de conseguir en el mercado económico europeo, pero que nada o muy poco hacen por lograrlo. La presunta corrupción dentro de las filas del PP, y la del propio partido como imputado por el mismo delito, es suficiente para que los demás partidos huyan de él, como si de la misma sarna se tratase.

A todo ello tendría que añadir la mentira constante que se nos quiere transmitir a los ciudadanos, en el sentido de que han hecho mucho para evitar la corrupción, y resulta que lo primero que hacen esos mismos dirigentes es blindar a Rita Barberá nombrándola miembro de la Diputación Permanente del Senado y, de esta manera, continuará como aforada, aunque se disuelvan las Cortes Generales.

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