El número de lanzamientos crece en Galicia y en España. Constantemente se nos bombardea con las estadísticas del momento aunque no dejan de ser eso: frías estadísticas. Detrás de ellas se oculta sin embargo el drama verdadero de quienes las padecen con un denominador común en el necesario fomento del alquiler social. Y qué decir de la gente sin techo, quienes de forma masiva incrementan las colas de los comedores sociales, acuden a las ONG privadas o directamente sufren desamparo.

En A Coruña, una treintena de personas sin techo pernocta a diario en las calles de nuestra ciudad. Creo por ello que al margen de las ya habituales descalificaciones de partido a las que estamos acostumbrados, sería momento de hacer una reflexión con el fin de abordar decididamente, y sin hipocresías estas cuestiones. Quizá también, el momento de preguntarnos si las herramientas que se están aplicando son las adecuadas, o si por contra habría que cambiarlas. Y sugerimos:

Vincular el Observatorio de la Igualdad en la vigilancia y cumplimiento de los protocolos sin techo y anti desahucios. Aplicar programas de ayuda económica ante quienes corren el riesgo de perder la vivienda.

Crear una comisión mixta (municipal, politica y ciudadana) a fin de favorecer la salida negociada a cada situación de desahucio, con moratorias y alquiler social de las casas embargadas.

Vincular el departamento de Urbanismo con Servicios Sociales a fin de promover con la banca la permuta de terrenos municipales edificables por pisos, listos para el alquiler social.

Negociar con las promotoras de viviendas convenios que fomenten el alquiler social sobre el stock de la vivienda construida, no vendible en un corto-medio plazo.

Y abrir albergue municipal de atención al sin techo, con aplicación de los puntos básicos de reinserción (vivienda permanente, atención en salud y sanidad, reciclaje formativo, salario social y empleo) bajo la asistencia de psicólogos, formadores y trabajadores sociales. Sugerimos la recuperación de la vieja cárcel como centro de inclusión social,

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