Soy una de esas tantas personas anónimas y sin subvención que cada día recoge, cuida y alimenta animales callejeros. Los cuido en el amplio sentido de la palabra. Les doy alimento y también sanidad. Les pongo anticonceptivos en la comida para evitar la sobre población y los voy castrando según puedo con ayuda de veterinarios sensibles a la causa y que también de su salario pierden un poco para ayudarnos a los que, como yo, intentamos que la vida de estos animales sea más digna.

De mi salario, no del dinero de las arcas públicas, sale el alimento y los cuidados sanitarios de los 18 gatos y 6 perros que tengo en casa. Sí, también tengo animales en casa. Recogidos todos. Forman parte de esos pobres que nadie quiso o que fueron el capricho de un niño en Navidad y que molestaba para irse de vacaciones.

El anteproyecto de ley me castiga. Sí, me castiga, a mí, y a todos los que de nuestro salario hacemos el trabajo que hicieron mal desde siempre los ayuntamientos y las administraciones públicas, con leyes fallidas como esta, con políticas erróneas, con su consideración de que crear un refugio sin crear conciencia era la solución, con la persecución constante a la que estamos sometidos los que intentamos ayudar...

El anteproyecto de ley me castiga. Sí, me castiga, a mí, y a todos los que tenemos en casa más de cinco animales. ¿Cómo se le dice a una madre que elija a cinco de sus hijos y a los otros que los entregue en adopción cuando su situación económica y personal le permite tenerlos a todos perfectamente bien? ¿No es lógico verdad? Por supuesto que no.

Con esta ley no se consigue el bienestar de los animales de compañía ni de los callejeros. Con esta ley sólo se consigue castigar al que ayuda desinteresadamente, al que hace la labor de las administraciones sin pedir subvención ni dinero público.

Sólo quiero dejar clara una cosa: yo no me rindo. Y como yo, sé que hay muchas personas en este país. Cambiaron las tornas. Ahora los locos de los gatos, de los perros, de las palomas... no somos sólo personas de buen corazón pero sin estudios ni medios. No, ahora somos gente cada vez más preparada y con poder adquisitivo.

Yo pienso dar la guerra. ¿Quién se une?

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