Cada 17 de mayo, desde 1963, en Galicia se celebra el Día das Letras Galegas, conmemorando la primera publicación de Cantares Galegos (1863, Rosalía de Castro).

Eso ya es conocido, pero menos lo es que esa fecha coincide con el Día Internacional del Reciclaje, así declarado por la Unesco para concienciar sobre la importancia de incorporar a nuestra vida cotidiana los hábitos de separar los residuos -la basura- que producimos a un ritmo de más de un kilo diario por persona.

Los distintos idiomas son una de las señas de identidad de las gentes de nuestra UE, de su riqueza y pluralidad. Y esa gran y diversa Unión, lo es gracias a sus fortalezas, las fortalezas de los objetivos comunes basados en libertad, progreso, igualdad, sostenibilidad, cohesión; todos aquellos principios que en su historia reciente han ido forjando los ideales de esta gran Europa unida.

El progreso de la UE basado en objetivos comunes y respetando su pluralidad, ha logrado que desde hace unos lustros, el cuidado del medio ambiente sea una de las prioridades políticas, económicas y sociales orientadas a mejorar la calidad de vida presente y futura de las personas de esta gran Unión.

Hablar en el idioma de nuestra tierra es un hábito libre, pero la gestión que cada uno de nosotros hace de sus desperdicios -con cada gesto- no es un ejercicio de libertad, sino de responsabilidad.

Es bueno que reflexionemos sobre lo logrado en todos los niveles, en libertades, en calidad de vida, en cohesión social que permite reducir el impacto de los malos ciclos; que ello nos sirva para seguir caminando con firmeza y responsabilidad, colaborando para que esos objetivos comunes avancen, para que mañana la UE siga siendo un lugar igual de libre y plural, un lugar en el que sus gentes además de seguir hablando el idioma que quieren, colaboren al 100 por 100 en esos objetivos comunes en los que todos participamos.

Todos somos Galicia, España y Europa, en el Día das Letras Galegas y en el Día Internacional del Reciclaje. Todos los días hablamos en el idioma que nos place y todos los días también decidimos individualmente nuestras pequeñas acciones frente a los recipientes de nuestros desperdicios.

Esos momentos son de los pocos en los que "acertamos separando". Esos segundos deciden si contribuimos o no a la eficiencia de las estrategias medioambientales de Galicia, y ello en el marco de objetivos comunes en la Unión Europea.

Las palabras cuentan, pero solo adquieren valor con decisiones, gestos y acciones.

Habla como quieras, pero recicla como debes.

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