¡Pero qué desvergüenza! Un país con una deuda pública que supera el PIB. ¡En qué manos estamos! Auditoría profunda es lo que se necesita para poner al descubierto a quienes se suben los sueldos impúdicamente manteniendo en la miseria a la mayoría. Después de unos recortes miserables y crueles decretados por este gobierno en funciones padre y madre de estos males, y aún de muchos otros que desconocemos pero que irán saliendo tras el relevo de gobiernos. Y aún mediante un populismo a ultranza pretenden sin pudicia alguna el continuar en los cargos para mayor burla y oprobio ciudadano. La revolución francesa de 1789, que por estos andurriales patrios pasó de largo para desgracia de esta así maltratada España, debiera retomarse y ejercer el país sus derechos, como aquellos franceses hicieron hartos de pasar hambre y todo tipo de injusticias a la voz de: "un pueblo sin pan mientras en Versalles se hartan de pasteles". Aquí, por lo que se ve, y reiteradamente llevamos dicho en esta Taberna do Croio, falta sangre roja y decidida, que está y desde hace lustros, con la hipotensión consecuente paralizando el ejercicio democrático de un pueblo que debiendo ser soberano según los principios democráticos, resulta corderil y obediente a sus verdugos y saqueadores.

¿Cuándo vamos a tomar las riendas y detener todas estas maldades enquistadas en los políticos de ambos géneros ? No debemos, por decencia y dignidad, seguir consintiendo tales comportamientos y permanecer en una inacción obligada, a no ser que asumamos que somos en una gran mayoría esbirros y servidores de los que nos mandas y nos gobiernan. España necesita de líderes nuevos y con idea de barrido de vendaval de un bóreas y no de un suave céfiro. Una austeridad ramplona y cruel implantada por incapaces golosos que llenó de hambre, precariedad, y miseria la mayoría de nuestros hogares ¡y quieren seguir en lo mismo! Afuera con ellos y probemos nuevos frutos, ya que los que nos han dado resultan, además de impropios, amargos e indigeribles? ¡España, despierta ya!

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