Como todo el mundo sabe, la educación y la cultura son dos cosas diferentes, aunque se complementan una cosa con la otra, es decir, van parejas. Que, por cierto, ambos referentes tan importantes en la vida de todos y cada uno de nosotros, que nos brindan un revulsivo y un amplio abanico de posibilidades; además nos ilustran e iluminan de forma decidida en nuestra vida, permitiéndonos resolver nuestros problemas con mayor soltura y vivir más desahogadamente en nuestra vida cotidiana y en el futuro. Siendo un obstáculo en numerosos casos para el disfrute de dicho bien, por las múltiples contraposiciones e intereses, sean del tipo que sean, por antojo y a capricho de algunos.

Naturalmente la educación y la cultura, a mi entender, son dos de los mejores patrimonios que podemos recibir, bien sea de nuestros padres o de quien sea a nuestro paso por esta vida.

Asimismo, por considerarlo importante, tengo que decir que un pueblo-nación y sus gentes, difícilmente podrán desarrollarse en todos los aspectos, sino crecen primero culturalmente.

Por último, ni qué decir cabe que la educación y la cultura son vida, futuro y presente para todos.

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