¡Qué vergüenza, incultura y poca madre! Unos medios noticiando como algo glorioso y a conservar esas derivadas propias de salvajes primitivos y ancestrales. Unos toros corriendo desconcertados y aterrorizados por un estrecho conducto repleto de gentes sin sentido ni sentimiento alguno, y que exponen sus vidas a cambio de una diversión insensata, propia de gentes alienadas que lleva a esos nobles animales a una muerte injusta por decreto de una tradición miserable y anacrónica, en el matadero sangriento de la plaza destinada al sacrificio más deshonroso, desagradable y sádico. Lo mismo que Bous al carrer y muchas otras que por desgracia salvaje todavía tenemos en esta España llena de flecos despreciables y que se nos quieren seguir vendiendo como algo más que sublime, cuando es propio de gentes asilvestradas y sin respeto por la vida de unos animales inocentes y hermosos, y en ocasiones desgraciadas ni por la suya. Familias destrozadas en nombre de locuras tales.

Que bueno que llegasen los marcianos o venusinos y viéndonos como animalitos sin seso también decidiesen, sin contar con nuestra aprobación, en hacernos correr por las calles cerradas y unos animales traídos de sus planetas persiguiéndonos y matándonos, ya que aquellos extranjeros siderales nos considerasen poco menos que seres irracionales. Cuanto gritaríamos desgarrándonos en nuestra desnudez diciendo a voz en grito ¡somos humanos e inteligentes, no somos animales! Cuánto, esos venusinos y marcianos se reirían de nuestros gritos de dolor y crueldad, para ellos tan divertidos e hilarantes, sin darse cuenta en la diferencia del sufrimiento ocasionado por tales despropósitos.

En a Taberna do Croio despreciamos ese tipo de diversiones por salvajes y carentes de todo sentimiento. Quienes participan y las fomentan más que humanos seres semejan gentes enloquecidas llenas de una fiebre insensata y fuera de todo orden verdaderamente humano. Pareciesen no pertenecer a la estirpe humana verdadera. Monstruos disfrazados de humanos. No creo que el santo Fermín disfrutase con tales aberraciones.

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