Si bien hay diferentes modalidades o clases de terrorismos, una vez más el terror se vuelve a cebar con Francia, en este caso se trata de un ataque con un camión, pero no de jugete, sino un camión de verdad. A la vista de las imágenes de los hechos, emitidas por diferentes medios informativos, la realidad supera a la ciencia ficción.

No soy partidiario de hacer predicciones y menos de un tema tan espinoso, como el que se trata. Dicho lo cual, puede que tal vez mis predicciones sean erróneas; sin embargo nunca pesó tanto el terrorismo, especialmente el islámico, a nivel mundial. En tal sentido, diré "no hay miedos que puedan con la vida". Por otra parte, tengo que decir como persona adulta y desde mi experiencia personal, cuando menos el modus operandi o la utilización de un camión en un ataque como el de Niza (Francia), es sorprendente y de terror. No cabe duda que el mal nunca sabemos dónde está. No obstante, hoy en día, por desgracia, el mal aflora más que nunca en la sociedad actual.

Estas dos líneas tienen como principal objetivo hacer extensible, tanto a los familiares de los 84 fallecidos, como a los numerosos accidentados en el susodicho ataque, y en general a todo el mundo, un mensaje de paz y el deseo de que recuperen en breve, la paz que tan deteriorada y amenazada está últimamente.

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