Desde que se conocieron los resultados electorales tras las elecciones generales celebradas el 26 de junio en nuestro país, he leído y escuchado de una manera reiterada y machacona por determinados medios de comunicación, que era necesario un cambio de posición por parte del partido socialista, para que se pueda celebrar la sesión de investidura con ciertas garantías de éxito, y por esa misma razón, podríamos formar un gobierno con ciertas garantías de estabilidad y confianza a los mercados internacionales. Esa reiterada y aburrida idea, para que el PSOE cambie su decisión de votar, cuando se celebre la mencionada sesión de investidura, con una abstención, en lugar del "no", que de manera firme, hasta el momento, vienen manteniendo los socialistas y más concretamente Pedro Sánchez, también es postulado constante por los dirigentes del PP y C's, así como por los expresidentes del PSOE, Zapatero y Felipe González junto con otros altos dirigentes del propio partido y "barones" de determinadas Comunidades Autónomas.
La verdad de todo ello, y es mi opinión muy personal, que lo que se está haciendo por todas esas personas e instituciones que acabo de citar, es una presión tan descarada en una sola dirección, que realmente me hace pensar muy mal de la forma de interpretar nuestra "democracia". Todos ellos nos pretenden dar a entender, que el único responsable de que se tuvieran que celebrar unas terceras elecciones son Pedro Sánchez y sus seguidores, al no dar su brazo a torcer. Pero la realidad no es solo esa, además de la posibilidad, aunque remota, que haya una coalición de partidos de los llamados de izquierda o centro izquierda.
Tras los resultados electorales del 26 de junio, lo que quedó claro es que el PP fue el partido que obtuvo más votos y en consecuencia más escaños que cualquiera e los otros partidos políticos, 137 concretamente. Dada la configuración de nuestro sistema electoral, los votos y el número de diputados elegidos en una lista cerrada, son del PP. No son del Sr. Rajoy ni nadie lo voto para ser presidente del gobierno. Estoy convencido, que si las listas fueran abiertas, no sería el Sr. Rajoy, el que más votos obtuviese de la propia candidatura del PP.
Por lo que sabemos a día de hoy, lo que si parece que está muy claro, es que de los 350 diputados, solo hay 137 que sostienen el que Rajoy debe ser el presidente, y hay 213 que dicen: ¡Váyase Sr. Rajoy!, Ud. es el problema de que no apoyemos en la sesión de investidura que haya un presidente del PP.
Por todo ello, y en aras al interés general de loas españoles, yo también le digo, que no sea Ud. la causa de que en este país tengamos que ir a unas terceras elecciones.
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