En la India, la Justicia dirá si las cajas de preservativos son eróticas, o no, haciendo un escrupuloso análisis de las imágenes impresas, guiados por la moralidad imperante en el país. Estoy segura de que muchos piensan como yo respecto a que hay muchos asuntos más importantes para que se ocupen de ellos los jueces que el de revisar cajas de condones.

Pero, no solo hay censura en la India, eso pasa en cualquier país. La censura en la publicidad se hace, de manera patente u oculta, aún en pleno siglo XXI. Pienso que tienen que existir filtros, pero no siendo producto de una moralidad mal entendida.

Motivo de controversia es la publicidad del tabaco. En concreto, las medidas coercitivas de fotografiar los estragos que provoca fumar. No soy fumadora, pero pienso que hay cierta hipocresía sobre la condena al tabaco cuando sabemos todos que no interesa eliminarlo, por intereses macroeconómicos. Lo que yo aplaudo, sin duda, son los espacios libres de humo, principalmente por razones sanitarias.

Se podría hablar mucho del tema de la moralidad en el ámbito publicitario. Me viene a la mente el impacto de ver a una mujer anoréxica, en una valla publicitaria, para concienciar de la enfermedad. Esta imagen, como la de los estragos del tabaco, provoca una fuerte impresión al que los mira, pero no se ha demostrado si sirven para su fin primigenio.

Determinar los distintos tipos de moralidad que hay tras tantos anuncios no es tarea fácil, teniendo en cuenta que no somos capaces de ver la manipulación que hay detrás de ellos y, por ende, caemos en sus redes, irremisiblemente..