El ejercicio de la política ha de ser, a mi modo de ver, el de tratar de resolver los problemas que a las personas libres, le plantea su convivencia, y tratando con su ejercicio, el buscar y garantizar el bien común de esa sociedad.
A la vista de lo acontecido desde el 22 de diciembre del año 2015, fecha de las penúltimas elecciones generales, hasta el día de hoy, en el que después de las ultimas elecciones del 26 de junio, seguimos en la misma situación política que hace nueve meses, los cuatro partidos políticos que han obtenido los mayores porcentajes de votos, siguen sin querer entender el mensaje dado por sus electores. "Pónganse de acuerdo entre ustedes, se acabaron las mayorías absolutas y el bipartidismo, queremos que se constituya un gobierno de manera consensuada, y un Congreso de los Diputados plural, en el que estén representadas las distintas formas de pensar de la mayoría de los españoles".
Existen en este momento opiniones que auguran unas cuartas elecciones, ya que los resultados de las terceras, si se llevan a cabo, en nada o muy poco variarán los resultados de las anteriores. Yo no soy capaz de poder pensar que ello será lo que va a suceder, demostraría muy poco de nuestra clase política o más bien, de los representantes y dirigentes de esas formaciones políticas. Así lo manifiesto, porque a nadie se le escapa que entre los simpatizantes o afiliados de esos partidos, existen múltiples discrepancias con las maneras de actuar de sus cabezas de cartel. La verdad es que tienen toda la razón para ser críticos con ellos, ya que la militancia es, con toda seguridad, mucho más demócrata y responsable políticamente que el Sr. Rajoy, Sánchez, Iglesias o Rivera; ya que ellos, sí entienden que el ejercicio de la política ha de ser para solucionar los problemas que tiene la sociedad española, y primando el interés general sobre el particular de cada partido o personajillo erigido en líder del mismo.
Los dirigentes de los cuatro partidos políticos cuestionados en la actualidad no hacen otra cosa que mirarse para su ombligo, y pretender mantener unas consignas que manifestaron en su día, posiblemente con motivo de una campaña electoral, y que para ellos, hoy en día, son verdaderos dogmas de fe, cuando la mayoría de las promesas y consignas han sido incumplidas una y mil veces por todos ellos, en la misma medida que iban pasando los días y trataban de ajustarlas a los acontecimientos puntuales. No subiremos los impuestos, colaboramos siempre con la justicia, no haremos más recortes, cumpliremos con el déficit, a Rajoy nunca lo votaremos, somos socialistas?
Realmente no me sorprende que una gran cantidad de españoles estén hartos, aburridos y sientan vergüenza propia ante los dirigentes políticos que nos representan en estos momentos. Estoy convencido que el partido político que sea capaz, en el supuesto que haya nuevas elecciones, de cambiar al cabeza de lista, ganará en votos, lo que no será capaz de conseguir por una muy buena campaña política que realice, además de ser tremendamente más barata y económica para los españoles.
Los partidos tendrían que modificar ciertas posiciones mantenidas hasta ahora, como verdaderos dogmas, y ello podría afectar con toda seguridad al resultado en dichos comicios. Por tanto, a esperar y desear que los dirigentes actuales miren más por el interés general del país, que por su propia barriga.
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