Iniciado el siglo XXI, en su primera mitad deben quedar hechos los deberes para cerrar "el grifo del petróleo". Se han iniciado adaptaciones en las que los objetivos medioambientales fijados en la carrera del desarrollo sostenible no solamente tienen que ver con nuestra calidad de vida, también es una simple cuestión de supervivencia: el petróleo se acaba y punto.

Las instituciones se centran en las mil cuestiones relacionadas, y es que los objetivos solamente pueden conseguirse sumando cientos de acciones de distinto nivel e impacto.

Con ese espíritu deben llegar las mejoras de acceso del bus interurbano al centro de A Coruña, para incrementar el uso del autobús en los desplazamientos interurbanos, a lo que se suma la gratuidad de los viajes para menores de 19 años.

No es asunto menor teniendo en cuenta que en esta metrópoli, y entre todos, realizamos más de 2 millones de km al día en coche (unos 150.000 viajes); frente a esa brutal cifra, los autobuses metropolitanos solamente realizan poco más de 30.000 km diarios (con unos 15.000 viajeros). Así pues los "interurbanos" realizan solamente el 1,5 % de los km que realizan los coches, desplazando sin embargo al 10 % de los viajeros, porcentaje que es necesario incrementar de manera inmediata.

Pocas distorsiones caben en estas acciones; los desplazamientos diarios en coche de nuestra población metropolitana (casi tanta como otra A Coruña) deben disponer de alternativas con transporte colectivo hasta el centro de la ciudad. La implicación debe ser la bandera de este objetivo, venciendo todas las resistencias que se presenten y tratándose estas cuestiones de largo recorrido con criterios integrales, siendo conscientes de que la cuenta atrás del petróleo y la medioambiental es la misma, y que esa cuenta atrás ya ha empezado hace largo tiempo.

Además del acceso de los buses interurbanos a los centros urbanos, deben seguir realizándose acciones para que la ciudad continúe organizándose; solamente con esa suma y sin descanso, seremos algo más europeos, más sostenibles y sin duda -aunque no lo creamos-, más felices al reducir nuestra dependencia del coche. La iniciativa es un gran impulso para resolver una de las mayores debilidades de nuestro sistema urbano, solamente se puede esperar que las administraciones cooperen de forma decidida, eliminando resistencias que flaco favor le hacen a unos objetivos por todos compartidos.

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