Gracias por permitirme comunicar a los lectores la inmensa alegría que me produjo asistir al magnífico concierto que se celebró en El Palacio de la Ópera el pasado 6 de mayo, a cargo de los Niños Cantores y la Orquesta de Niños de la OSG, miembros ambos del proyecto Son Futuro patrocinado por la Fundación Repsol, y del que apenas se hicieron eco los medios de comunicación.

La perfección en la ejecución de las obras encomendadas a los Niños Cantores, dirigidos desde su fundación por José Luis Vázquez, es el resultado de un trabajo hecho con paciencia y a conciencia, en el que poco o nada queda sujeto a la eventualidad. Desde la salida a la retirada del escenario, el modo de sostener la partitura, la forma de saludar al público, etc. Todo está perfectamente estudiado y ensayado, por lo que el resultado es generalmente brillante y así lo reconoce la crítica musical tras los importantes conciertos en que participan. La mayoría de estos niños van a ser, cumplidos los años requeridos, los coristas de los otros coros que forman parte del proyecto artístico y educativo de la OSG.

La Orquesta de Niños de la OSG, dirigida en esta ocasión por Jorge Montes Martínez, a pesar de su juventud (su primer concierto tuvo lugar en abril de 2011), ha cautivado al público asistente. La complicidad del director con los jóvenes músicos, la buena sintonía entre ambos, el modo de ir rotando los diferentes concertinos para que ninguno se sintiese relegado, evidencian una gran maestría en el modo de enseñar, tratar y motivar.

Hecha pública esta jubilosa noticia, no queda más que felicitar en primer lugar a los niños por el resultado de su trabajo, y a sus padres, por el sacrificio que supone llevarlos semanalmente a los ensayos y a los conciertos, y después, a los dos magníficos maestros que los forman y dirigen, y también, a todos los miembros y cargos directivos del Consorcio Para la Promoción de la Música de A Coruña, Fundación Repsol en este caso, y otros mecenas y entidades que posibilitan la continuidad del proyecto.

Pocos días después, este mismo éxito volvió a repetirse con la interpretación de la Sinfonía nº9 en re menos, op. 125 Coral por parte de la orquesta y coro con solistas. De comentarlo ya se ocuparon los críticos musicales, pero el resultado, de nuevo, puede ser calificado de grandioso. Grandiosidad y brillantez cotidianas ya, y que solo pueden ser posibles por la calidad y el esfuerzo de unos grandes músicos, coristas y sus excelentes directores: Dima Slobodeniouk y Joan Company, que tanto están contribuyendo a fortalecer la imagen de Galicia reforzando su identidad cultural. Muchas gracias a todos ellos.

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