Con motivo de los atentados terroristas llevados a cabo recientemente en distintas ciudades europeas, y a fin de procurar evitar ataques violentos e indiscriminados de características similares, leo que los negocios de hostelería de Salamanca con mesas en la calle deben retirar los cuchillos y tenedores una vez los clientes finalicen la comida, así como los ceniceros, vasos o copas que no estén siendo utilizados, pudiendo ser sancionados con hasta 3.000 euros en caso de incumplir la norma. La existencia del riesgo es innegable, sin embargo, la eficacia y proporcionalidad de la medida adoptada ofrece ciertas dudas, pues teniendo presente el grado de probabilidad del suceso y las consecuencias derivadas del mismo, muchas personas se preguntan si es una respuesta preventiva equilibrada. ¿Habrán de situarse fuera del alcance del público los utensilios y herramientas existentes en los centros comerciales que sean susceptibles de ser usados con el propósito de matar y herir a empleados y clientes? Causar la muerte de otras personas es algo que está al alcance de cualquiera, más complicado parece ser desactivar las causas del odio, la irracionalidad y la deshumanización extendida por el planeta.