Me sorprende ver que los bancos que se ponen en cuanto a protección no sirven para nada, y, lo más curioso, es ver cómo entre los bancos y el borde del muelle con el mar queda un espacio peatonal por donde la gente puede circular a su aire sin protección alguna.

Es decir, que si un peatón va descuidado y pone el pie en falso se cae al mar de inmediato: es decir, que quedamos igual que antes.

Entonces, lo más normal sería poner unas barandillas de un metro de alto que sería lo más seguro para no caerse al mar, porque si queda cómo lo están haciendo entonces habrá que pedir protección al Altísimo, que nos ilumine.