Dejando a un lado la ideología política, y, como ciudadano español de a pie, me siento estafado por nuestros líderes políticos. Por esta vez, no voy a referirme a la lacra de la corrupción. Por desgracia, ya no es la primera vez ni va a ser la última, que sienta que la petulancia de muchos de ellos, es un menosprecio hacia la ciudadanía.

Dicen velar por nuestros intereses, cuando su único propósito es velar por los suyos propios. No les pagamos para que hagan de falsos mesías y nos cuenten patrañas. Los elegimos para que resuelvan nuestros problemas y no para que nos hagan promesas que jamás podrán cumplir.

Ya no queda casi nadie por contagiarse de esa enfermedad tan extendida en la política española, que es "y tú, más". Como ya es habitual, el Congreso de los Diputados se convirtió en un ring donde el combate dialéctico no iba a servir poco más que para acaparar los medios de comunicación, y, de tema de conversación intrascendente en las terrazas de los bares. En definitiva, una parodia que no hace más que incrementar nuestra desconfianza hacia ellos.

A nadie le interesa ver como el Gobierno y la oposición se enzarzan en disputas y se lanzan los trastos a la cabeza, intentando cada uno sacar tajada de las inmundicias del otro. Sencillamente, deplorable. La comparecencia del Presidente del Gobierno en el Parlamento no ha servido absolutamente para nada. ¿Qué esperábamos oír de su boca después de su otra comparecencia como testigo en la Audiencia Nacional? La respuesta es muy simple, nada. En otras palabras, mucho ruido y pocas nueces.

Únicamente los más ingenuos podrían esperar que, un presidente con la altanería que le caracteriza, fuese a confesar sus pecados a una oposición caracterizada de clero para la ocasión, pero que todavía sigue plagada de grietas. Sus múltiples fisuras impiden que pueda llegar a ser lo que realmente necesitamos que sea. Una alternativa convincente y fértil que sea capaz de retar a los que gobiernan y conseguir convencer a la masa social de que luchará con lealtad para resolver sus graves problemas.

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