Es evidente que el postureo de unos pocos pone en jaque y en peligro, y por tanto, al borde de la fractura o rotura de España, esto lo podemos observar y ver desde el pasado 1 de octubre y desde antes, ante el anuncio de independencia de los catalanes, de solicitar la independencia del resto de España.

No hay ni qué decir que, estos días, hay opiniones para todos los gustos al respecto. Por cierto, debemos decir que la problemática nos empuja a todos a estar pendientes y atentos de algo que de algún modo depende nuestro futuro y el de todos los ciudadanos españoles. Por tanto, llegado a tal extremo, con la susodicha independencia hay una clara rotura del marco de convivencia. Dicho lo cual, la solución al asunto que se trata pasa por el diálogo, tanto por parte del gobierno catalán, como del central, al menos este es mi parecer.