Ese jugador solo cuesta cien millones, barato. ¿Ciento sesenta? Se va un poco, pero así está el mercado del fútbol. Y santas pascuas. Sin mayor sonrojo. Fijos más variables por objetivos, sumado a la venta de camisetas. Ingeniería financiera, de la que los mortales no llegamos a comprender. Quién sabe. Quizás los euros futboleros valgan diferente de los que usamos nosotros para comprar las barras de pan.

Pero ¿no resulta un tanto obsceno? ¿Que le paguen a un futbolista 0,95 euros por segundo de vida los próximos cinco años? Y descubrir la vacuna para una enfermedad, ¿cuánto vale entonces? Por algo en China, los próximos líderes mundiales han comenzado a impartir el fútbol como asignatura obligatoria en los colegios. Visionarios. Matemáticas del futuro. Ahí estarán cuando el petróleo se agote y los petrodólares ya no compren equipos por puro divertimento.

Peligrosa burbuja esta de los futboleros, explosión garantizada.

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