Me dirijo a ustedes en representación de todo el colectivo de personas damnificadas mayores de cincuenta años, que nos encontramos en tierra de nadie a raíz de la última reforma laboral que el Gobierno al que ustedes representan puso en marcha.

Una gran mayoría de nosotros, a pesar de la edad, somos personas incansables y perseverantes, que ponemos todo nuestro empeño en la búsqueda de empleo a pesar del derrotismo que produce el hecho de ser descartado una y otra vez, incluso para aquellos puestos en los que alcanzamos el nivel de cualificación.

Los discursos exultantes atestados de cifras que indican creación de empleo y descenso del paro, junto a esas ficticias proclamas asegurando que se está potenciando el empleo sénior, no nos van a sacar de este pozo cada vez más profundo. Sufrimos, por tanto, no solo la discriminación por edad, sino también, el olvido por parte de un Gobierno que nos ha dejado abandonados en un viaje a ninguna parte.

No nos cabe ninguna duda, de que han tenido que tomar decisiones difíciles y llevar a cabo unos severos e inevitables ajustes económicos para evitar el rescate. Pero no es menos cierto que, a consecuencia de esos recortes, nuestro colectivo ha sido damnificado de una forma tan desmedida como inmerecida. Este inmerecido abandono, además, compromete el futuro de nuestros hijos.

Es incuestionable que se está produciendo la recuperación económica y las empresas están teniendo beneficios millonarios. Si se está proclamando reiteradamente que la economía está creciendo viento en popa, entendemos que ustedes ya no tienen el pretexto de la crisis para seguirnos manteniendo en el exilio.

Consideramos, por tanto, que ha llegado el momento de recuperar los derechos recortados y de resarcir a nuestro colectivo que no sólo ha sido utilizado como escudos humanos ante la crisis, sino también como antídoto para financiar la recuperación económica.

Precisamente, una gran parte de esa recuperación, se ha alcanzado suprimiendo y endureciendo los requisitos para acceder a un subsidio para mayores de 52 años que, al menos, nos permitiría percibir en el futuro una pensión digna.

Porque queremos de una vez por todas dejar de ser invisibles para este Gobierno, solicitamos, por justicia social, el restablecimiento del subsidio para parados mayores de 52 años en las condiciones anteriores a la reforma laboral de 2012.

Señores diputados, esperamos que lo aquí expuesto sirva para reconstruir y modificar una ley que está siendo la causa de que miles de personas en España se encuentren completamente desamparados, y que además, les está generando un riesgo inminente de exclusión social.

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