Recogidos de los talleres mecánicos, las 100.000 toneladas de neumáticos se trasladan a plantas donde son troceados y suministrados a la industria cementera que los utilizará como combustible, por su alto valor calórico, y como materia prima por el hierro que contienen.

Del resto de los neumáticos desechados, 50.000 toneladas podrán volver a utilizarse en el mercado de la segunda mano y otras 50.000 se transformarán en polvo de caucho para usarse como aglomerado asfáltico para pistas deportivas, parques infantiles e, incluso, carreteras.

No obstante, aún hay otras 100.000 toneladas de neumáticos que acaban en la mayoría de los casos en los vertederos, donde se cree que puede haber hasta tres millones de toneladas, algo prohibido por la normativa medioambiental.

La generación de neumáticos era hasta hace unos años un problema sin solución que iba en aumento, por lo que se buscaron alternativas que supusieran su reutilización, reparándolos previamente, o su valorización, aprovechando los recursos que contiene.

Y esto último lo consigue la industria cementera, que demanda neumáticos gracias a su composición: caucho y tela -dos elementos que arden muy bien y desprenden una alta cantidad de calor (7.500 Kcal/kg)- y hierro, un componente esencial en la producción de clinker, el material del que posteriormente se extrae el cemento.

Según los datos de Signus, el sistema de gestión de neumáticos usados, durante 2007 se realizaron 121.080 recogidas de neumáticos de los más de 20.000 puntos que tiene en toda España que fueron enviados a plantas de transformación.

La empresa Neuciclaje (Vizcaya), una de las diez plantas de triturado de neumáticos existentes en España, almacena y prepara las ruedas para suministrarlas después a la cementera Lemona, que pertenece a Portland Valderrivas.

El director de la compañía, Santiago Ercoreca, explica que Neuciclaje es capaz de recibir entre 40 y 90 toneladas de neumáticos al día, dependiendo de los cambios en los talleres, de los que entre un 15 y un 20 por ciento pueden volver a utilizarse.

El resto, tras ser troceados, son trasladados a la planta de Lemona, donde la alternativa de los neumáticos es una realidad, ya que desde 1996 se han utilizado 50.000 toneladas de ruedas como combustible.

Su composición también es ventajosa para el medioambiente por su bajo contenido de humedad, de azufre -lo que supone una reducción de las emisiones de óxido de azufre (SOx) respecto a los combustibles convencionales- y por la disminución de las emisiones de dióxido de carbono (CO2).

Incluida la planta de Lemona, sólo 18 de las 35 cementeras existentes en España utilizan en el proceso de producción combustibles fósiles y alternativos.

Por ello, continúa la necesidad de buscar alternativas de reciclaje de estos desechos, como puede ser su transformación en polvo de caucho, aunque se trata de un proceso energéticamente más potente, ya que hay que separar los materiales, el caucho del hierro y las fibras, tal y como explica el director de Neuciclaje.

"La salida de los neumáticos como polvo de caucho para el asfalto es la ideal", asegura, aunque para ello son necesarias subvenciones por parte del Gobierno, ya que la inversión de equipos que requiere es muy fuerte.