-¿Es la primera vez que se entrevista a cuatro generaciones para un estudio sociológico?

-Sí, es un estudio sobre la inmigración mexicana en Estados Unidos -gente como yo- a través de cuatro generaciones. Es una muestra hecha en 1965 en Los Ángeles y San Antonio (Texas) para un estudio de la Universidad de California Los Ángeles (UCLA). Las entrevistas quedaron archivadas en la biblioteca, sin catalogar ni nada y, en 1992, cuando tuvieron que reforzar los edificios a causa de los temblores sísmicos, vaciaron la biblioteca y encontraron en el sótano ese material.

-¿Qué se desprendía de ese trabajo?

-En 1965 el 30% de los méxicoamericanos ya era inmigrante, otro 30% era segunda generación y el otro 30%, tercera generación, es decir, nietos de inmigrantes. En 2000 entrevistamos a las mismas personas que vivían todavía y a sus hijos.

-¿Y a qué conclusiones llegó?

-A muchas, preguntamos muchas cosas, pero la más llamativa es que la educación, la escolaridad de la segunda, tercera y cuarta generación es más baja que en el resto de la población americana.

-Siguen sin integrase.

-Se han integrado en un sentido, todos hablan inglés. Hay el mito de que se aíslan y se mantienen étnicamente separados pero todos en la segunda generación aprenden el inglés; sin embargo, la educación no se asimila. A algunos, como yo, les va muy bien pero hay un 20% de la tercera y cuarta generación que vive en la pobreza.

-¿Se mezclan, usted se casó con una estadounidense?

-Con una brasileña, soy la excepción. Ahora hay más matrimonios mixtos que en 1965, un 30%.

-¿En el trabajo?

-Hay ocupaciones donde están muy segregados pero lo peor es en las escuelas. Hay algunas a las que sólo van hispanos y negros y, aunque en otras está más asimilados, el promedio es muy bajo. Además, ocupan los trabajos menos cualificados y muy pocos llegan a ser clase media. Pero insisto, el dato fundamental de la investigación es que se mantiene la desventaja educativa para la mayoría.

-¿Esos mexicanos votan?

-La gran mayoría sigue votando demócrata, aunque votan menos que los negros y menos que los gringos.

-¿Qué más descubrió?

-En la tercera y cuarta generación sigue habiendo un sentido muy fuerte de la identidad étnica. Hay la idea de que se asimilan pero no es cierta. Así como los italianos, los españoles o los alemanes que emigraron a Estados Unidos se asimilaron, los mexicanos, no. No se han integrado pero tampoco los han excluido completamente como a los negros.

-¿Están mejor vistos?

-La mayoría de los indocumentados son mexicanos y creo que es la población peor vista de la sociedad americana, y esa percepción se extiende a los negros.

-¿Usted es hijo de mexicanos?

-Mi mamá es mexicana y por el lado de mi papá soy cuarta generación.

-¿Nunca lo miraron con resquemor?

-Como tengo la piel más clara parezco español antes que indio y tuve menos problemas.

-Porque el color importa.

-Sí, la gente te percibe por el color, por el nombre, por tus amigos... Pero el problema grave es la educación.

-¿Está protegido en la universidad?

-Estoy en una burbuja, mi vida es completamente distinta, pero los alcaldes de Los Ángeles y de San Antonio son méxicoamericanos.

-EEUU no ha dejado de ser racista por el hecho de elegir un presidente negro, ¿o si?

-Al contrario, ¿ha oído lo que ha dicho Jimmy Carter? Nunca oí de alguien de tan alto nivel una denuncia así. Lo cierto es que hay muchos sectores de la población americana que no se sienten bien teniendo un presidente negro. Hay resistencias increíbles. Por ejemplo, decir sin prueba alguna, que Obama no nació en Estados Unidos, o que Hawai no es parte de Estados Unidos.

- 'Nadie lo dice pero en la oposición hay un racismo brutal', denunció la escritora Isabel Allende.

-Cada vez está más claro.

-¿Le gusta cómo lo hace Obama? ¿Y la reforma sanitaria?

-Ahí es donde está encontrando mucha resistencia. Es muy difícil. Él es una persona súperarticulada, tiene una estrategia muy bien pensada, pero esto es muy difícil y no va a poder hacer la reforma sanitaria que quería. Los sectores conservadores dicen que en Estados Unidos hay una 'europeización' de la salud. Para esos sectores, socializar y europeizar es lo mismo y lo consideran negativo.

-¿Obama puede ser una ayuda para la inmigración?

-Hasta ahora no lo ha sido. Prometió que iba a hacer una reforma migratoria pero la ha dejado de lado. Mucha gente quiere -como yo- que tenga éxito. Él quiere que se apruebe primero la reforma sanitaria y después va a atacar la inmigración, pero no he visto ningún avance en este sentido.

-¿Qué aporta su estudio desde el punto de vista metodológico?

-Con ningún grupo se había hecho una muestra en cuatro generaciones. El trabajo tardó muchos años pero dejó muy claro cómo es la integración de los mexicanos en Estados Unidos. El problema es que es el grupo de inmigrantes más numeroso del país y son mayoría entre los indocumentados. Los mexicanos llevan en Estados Unidos cien años, o más, y hasta ahora la experiencia, en términos de integración, ha sido muy mala, sobre todo en lo que se refiere a la educación. Si no mejora la educación, el futuro será pésimo no sólo para ellos sino para el resto de la población porque será una sociedad con muchas desigualdades.