-¿Estaba cómodo en la Audiencia Nacional?

-Me parece un órgano excesivamente especial y apartado del ejercicio garantista de la jurisdicción. Es como un portaaviones de combate, y a mí me gustan los barcos, pero no los portaaviones.

-¿Debería desaparecer?

-Yo creo que la Audiencia Nacional sobra. Los delitos de narcotráfico deberían pasar a los Tribunales Superiores y los de terrorismo tampoco justifican su pervivencia: podría crearse una sección específica en el de cada comunidad.

-¿Cómo se llevaba con el fiscal Zaragoza?

-Bien, pero el Ministerio fiscal se olvidaba a veces de que las garantías debían primar sobre la pretendida eficacia, sobre todo en algunos casos de narcotráfico. En la Audiencia Nacional late esa concepción y yo procuro ser garantista.

-¿Ser juez estrella es tentador?

-Hay que tener una especial vanidad para estar continuamente en el candelero. Hay casos que atraen a los medios de comunicación y, por tanto, al juez que instruye o a los magistrados que juzgan, pero si uno se mueve con discreción la vanidad no te arrastra.

-¿Es de los que opinan que hay una persecución contra Garzón?

-Lo que me parece es que hay una extraña conjunción de aspectos inquietantes. Creo que la querella contra la causa del franquismo se admitió a trámite sin base alguna. No hay indicios de prevaricación y sostener que Garzón ignoró deliberadamente la ley de amnistía es algo sujeto a interpretaciones, y en las escuchas telefónicas del Gürtel ocurre exactamente lo mismo. El juez no es un autómata ante una ley concreta y clara sino que el ordenamiento jurídico le obliga a una ponderación de derechos.

-¿Teme que se imponga la doctrina Naseiro en el Gürtel?

-Es llamativo que cuando se trata de imputados de alto copete se aplique el hipergarantismo y yo me temo que con el Gürtel pueda pasar como en el caso Naseiro y se anulen las escuchas probatorias. Me preocupa que el hipergarantismo surja precisamente frente a estos excelentes imputados, es como si hubiera una doctrina ad hoc para este tipo de casos.

-Usted es miembro de Jueces para la Democracia, como Luciano Varela y Margarita Robles, ¿entiende su actitud con Garzón?

-Yo, que conozco su opinión sobre Garzón, en lugar de Luciano Varela, me hubiera abstenido. Margarita Robles lo acaba de hacer porque es notorio que hay serias dudas sobre su imparcialidad, por más que ella niegue toda animadversión.

-¿Garzón será inhabilitado?

-No comparto que el mero hecho de la admisión a trámite de una querella suponga suspenderlo. Yo tuve una denuncia en la que aparecía implicado Ruiz Gallardón. Actué con total discreción, la prensa no se enteró y lo cité a declarar como imputado pero no se me ocurrió suspenderlo de las funciones de alcalde ni señalarle que compareciera. En el caso tan complicado y oscuro de Garzón, ¿por qué se le va a suspender? Es un castigo anticipado.

-¿La libertad de información está en peligro en este país, después de la condena a los dos periodistas de la Cadena SER?

-Se está recortando el verdadero alcance del derecho fundamental a la libertad de información, básico en una democracia. Es preocupante la interpretación que hace la sentencia del derecho a la información. No afecta a la intimidad de las personas decir que una persona determinada es afiliada a un partido. Es ridículo, los partidos no son organizaciones secretas. Y es un disparate decir que internet no es un medio de comunicación.

-Tras casi tres años, la Audiencia de Madrid le ha dado la razón a usted en el caso de los supuestos abortos ilegales en la clínica Isadora y se archivó el caso.

-El caso, afortunadamente, se terminó. Lo peor es que se entró a saco en la intimidad de las mujeres y hasta se fotocopiaron sus DNI, cosa gravísima, pues toda persona de los partidos ultraderechistas que quería personarse en la causa para acusarlas tuvo acceso a sus datos.

-¿Ve a Esperanza Aguirre detrás de las denuncias?

-Es posible que los sectores antiabortistas que dominan la Consejería de Salud de Aguirre influyesen para que la Guardia Civil buscara posibles delitos en la clínica, cuando no había indicios de un solo aborto fuera de los supuestos legales.

- 'La extrema derecha ha sometido al Supremo', dijo el ex fiscal Anticorrupción Jiménez Villarejo, ¿ve usted una involución?

-En el Supremo hay gente afín a la derecha pura y dura y a la ultraderecha, entre ellos un magistrado franquista en el peor sentido, que actuó contra Garzón. Se está produciendo un retroceso en el principio de efectividad de los derechos humanos y de las libertades básicas.

-No es muy edificante el espectáculo de intercambio de cromos en los nombramientos del Consejo del Poder Judicial.

-La opinión pública, lamentablemente, se ha dado cuenta del espectáculo desolador del Consejo. Las asociaciones judiciales actúan como una prolongación de los dos grandes partidos, PSOE y PP y, en lugar de propiciar el consenso para elegir a los mejores, lo que se produce es un intercambio de cromos que lleva a una alianza de intereses. De ahí el manifiesto de denuncia suscrito por más de 2.200 jueces y la desconfianza de los ciudadanos.

-El padre de Mari Luz, asesor jurídico del PP, ¿es normal?

-Me ha dejado estupefacto.

-Al calor de ciertos casos se plantea el aumento de condenas y el cumplimiento íntegro de penas, pero las cárceles están llenas.

-España tiene el privilegio de ser el país europeo con más población reclusa. Se está llevando a cabo una política ultra represiva de sectores marginales y de gente sumida en la pobreza que se ha visto abocada no a delinquir sino a actuaciones definidas como delito. Como el top manta. Se mete en prisión a gente que ejerce el derecho a sobrevivir vendiendo CD o pulseritas.

-Roldán acaba de dejar la cárcel sin restituir el dinero robado.

-Es una pena, pero no se puede echar la culpa sólo al sistema procesal penal español o a la instrucción, el sistema neoliberal globalizado fomenta la posibilidad de ocultar los dineros procedentes de actos ilícitos. El bendito capitalismo aporta mucho a la impunidad.