. l flechazo surgió en su último año de Biología y acabaron formando un excelente tándem de investigadores. En la facultad compostelana se entrenaron con los cerebros de las lampreas antes de dar el salto a EE UU y al complejo sistema neuronal humano. Tras un primer destino en Maryland,la pareja desembarcó en 2007 en la Universidad de Alabama, en Birmingham, donde han creado su propio laboratorio dentro del departamento de Psiquiatría.

Estudian el sistema dopaminérgico, cuyas anomalías están relacionadas con dolencias neuropsiquiátricas como la esquizofrenia, el trastorno bipolar o la depresión. Tradicionalmente, estas enfermedades se han asociado a niveles anormalmente altos de dopaminas, pero ambos han demostrado que esta afirmación no se ajusta a todos los pacientes y que algunos se sitúan en el caso contrario, es decir, con índices muy bajos.

"En estos momentos,los enfermos son clasificados bajo el mismo paraguas de la esquizofrenia a través de síntomas como los trastornos psicóticos o el aislamiento social, pero no todos tienen los mismos ni de igual manera. Por ello,nuestra teoría es que no estamos ante una sola enfermedad, sino ante muchas esquizofrenias", explica Emma.

Las investigaciones de esta pareja, retratada por el fotógrafo Delmi Álvarez en su obra Galegos na Diáspora, ayudará a localizar dianas más específicas para combatir esta compleja enfermedad. Ambos buscan la solución a este enigma en el banco de cerebros que la universidad abrió cuando llegaron y que crece al nada desdeñable ritmo de más de treinta muestras por año. Además también tienen a su disposición la colección de la Stanley Research Foundation. Pero ellos no se dan por satisfechos y, junto a "otras mentes inquietas del departamento", han puesto en marcha un banco de mitocondrias, la fuente de energía de las células. Cuando éstas no funcionan de la forma adecuada causan problemas metabólicos en el cerebro y este tipo de alteraciones se vinculan a las enfermedades neuropsiquiátricas. Su pasión por la ciencia les hace trabajar muchos fines de semana e incluso olvidarse de las vacaciones -"Este año hemos decidido que nos las cogeremos", prometen-. Y desconectar en casa resulta casi imposible. "Decidimos casarnos para facilitar el papeleo y conseguir la residencia permanente.

Ese día nos lo tomamos libre, pero nos llamaron desde el laboratorio ¡porque se había inundado! Llegamos al juzgado sólo quince minutos antes de que cerrase", relatan entre risas sobre su boda express.

A pesar de que la Universidad de Alabama les recibió "con los brazos abiertos" y disponen de todos los recursos necesarios, en un "momento de morriña" se plantearon regresar a Galicia con una beca Parga Pondal, pero se lo pensaron mejor. "Al cabo de cinco años tendríamos plaza dependiendo de quién elaborase los presupuestos, mientras que aquí puedes progresar y te reconocen el trabajo", lamenta Emma. La pareja fue invitada a una reunión en Nueva York organizada por el Imán, un programa de captación de talentos del bipartito que el PP ha eliminado." No había un proyecto muy concreto, ni salarios competitivos, ni estaba planteado el tipo de puesto o la red de centros a la que tendríamos acceso", critican." Es doloroso ver a amigos que en España están en la cuerda floja", añade Emma. Miguel, que conoce muy bien la situación de la investigación en España -"Mis padres me envían todas las semanas desde Santiago una carta con recortes de periódicos"- aclara que los investigadores no reclaman"una plaza de funcionario" sino"estabilidad" para llevar a cabo proyectos que son a largo plazo y "atmósferas" como la que ellos han encontrado en Birmingham.

La visión de la ciencia entre los norteamericanos de a pie también es diferente. "Hay mucha gente que aporta fondos y, cuando se reúnen con nosotros, demuestran que están extremadamente informados. Reconocen la importancia de nuestro trabajo", aplaude Emma.

Pero Galicia también tiene cosas buenas y ella echa en falta "caminar por la zona vieja de Santiago", mientras que Miguel confiesa añorar "el bocata de calamares". Y eso que la globalización ha hecho posible que las botellas de albariño sean "más baratas" en Birmingham e incluso comprar pimientos de Padrón o pan gallego a través de la página web de "un ex miembro de la Navy que estuvo en una base española en los años sesenta".