–¿Están todos los que son?

–No están todos los que son pero son todos los que están. Hay muchos más pero estos diez representan la media, unos por arriba, como Jiménez Losantos, y otros por abajo, como Juan Manuel de Prada o Antonio Burgos. Todos ellos son muy distintos entre sí pero forman un ejército con el mismo objetivo: cargarse a un partido y unas ideas determinadas para implantar otras absolutamente reaccionarias. Luego, cada uno es muy diferente. Jiménez Losantos, por ejemplo, tiene una cultura de la que otros carecen y su forma de escribir no es la misma que la de Dávila.

–¿Considera a Dávila un ´animal de bellota´?

–Es ´un bocadillo de chicharrones´, que es el titular que le pongo en el libro. Lo de animal de bellota lo dije en una entrevista pero rectifiqué en mi blog [El ojo izquierdo]. Antonio Burgos es el que más me gusta, tiene una gracia que no se puede aguantar: realmente, sus gracias son inaguantables.

–¿Ve a Sánchez Dragó un ´loco´ y a Losantos ´inteligente´?

–Sánchez Dragó más que loco es locoide y Jiménez Losantos es un personaje muy peculiar, es el guía espiritual de todos. Cuando en el verano hice la serie Los jinetes del Apocalipsis, en El País, lo situé como ´el ángel animador´ que va tocando la trompeta.

–Han pasado de ser los jinetes a los cornetas del Apocalipsis.

–No hay tantos jinetes en el Apocalipsis, que son cuatro; luego pensé en Las siete trompetas, pero lo descarté, la trompeta es un sonido noble, y consideré más apropiado cornetas, que es más un instrumento cuartelario y de órdenes.

–¿Son ´autorretratos´?

–Les llamo autorretratos porque hilo la narración con textos suyos; yo no hablo mucho, son ellos los que hablan. Lo que pretendo es mostrar lo que dicen a un público que no suele leerlos.

–¿Tienen ecos del Tea Party norteamericano?

–Sí, sin duda, tienen muchos ecos del Tea Party, aunque luego ellos aportan cosas muy españolas: el morro, la oreja y los callos.

–¿Utilizan sus técnicas?

–Los más inteligentes, como César Vidal o Jiménez Losantos, sí; los más recios y raciales, como Dávila, utilizan el zurriagazo.

–¿En qué consiste esa técnica?

–George Lakoff, estudioso del lenguaje político en EEUU, dice en el libro No pienses en el elefante que la derecha utiliza siempre unos marcos de referencia, y su gente sabe siempre lo que tiene que decir y, si no lo sabe, lleva la discusión hacia otro lado. Eso lo hacen muy bien Jiménez Losantos, Vidal o Isabel San Sebastián. Es como si ahora, al hilo del debate de las centrales nucleares, dijesen: ´sí, sí, habláis de eso porque no queréis hablar del Gal´, o ´habláis de eso para ocultar que con el aborto matáis a niños indefensos´. Automáticamente, llevan la discusión a sus marcos de referencia con apelaciones a los sentimientos, no a la inteligencia.

–Muchos de ellos vienen de la izquierda.

–De la extrema izquierda, desde Losantos o Vidal a Pío Moa, quizá el más enloquecido de todos, que fue del Grapo y él mismo cuenta cómo fue con un martillo a matar a un policía. No conocen la duda ni el matiz, ven sólo en blanco y negro.

–Herman Tertsch trabajó en El País con usted, ¿cómo se explica su transformación?

–Es una transformación relativa. Siempre ha tenido ese toque de príncipe húngaro. Mostraba un punto de duda y de inteligencia pero fue derivando hasta encontrar su sitio porque en El País nunca acabó de estar cómodo. Al final, él, que tiene un gran ego, encontró su lugar [en Telemadrid], un sitio donde le veneran y le aplauden.

–Los demás tampoco deben de andar mal de ego.

–Sólo con ego puedes escribir esas cosas y mantenerlas en serio.

–Tienen una gran resonancia.

–En su entorno, un público de clase media o media-baja, con un perfil muy parecido al que en Italia representa Berlusconi y en Francia Le Pen; un mundo muy cerrado, muy tradicional, aferrado al pasado y que ve con miedo lo nuevo.

–¿Favorecen al PP?

–Clarísimamente. A la mayoría nunca les ha gustado Mariano Rajoy ni Gallardón, prefiere el tono recio de Esperanza Aguirre, o de Cascos, que es el que más les gustó de todos. ¡Cuánto mejor nos hubiera ido con un partido de derechas de verdad y otro de ultraderecha! El PP ha entendido que sumando todos los votos es alguien pero en el centro político no es nadie. Por eso Rajoy, aunque no le guste Jiménez Losantos, está encantado, ¿a quién van a votar los oyentes de Jiménez Losantos si no es al PP?

–¿Esperan puestos cuando el PP llegue al Gobierno?

–Los de más vuelo, como Jiménez Losantos, no, pero gente de medio pelo como Isabel San Sebastián o Dávila estarán encantados. Los de más vuelo, como José Manuel Lara, el editor de Planeta y La Razón, y el director del periódico, Francisco Maluenda, está claro que esperan grandes cosas, como tuvieron con Aznar, que les regaló Antena 3.

–Prisa atraviesa serías dificultades, ¿con el PP se hundirá?

–No, Prisa tiene unos medios muy potentes. Dentro de las dificultades que atraviesa, tiene el único periódico de España que gana dinero, mientras El Mundo pierde entre 30 y 40 millones; el ABC está hundiendo a Vocento, y Público puede estar por los 70 millones. El País ha ganado este año 35 millones y la SER gana mucho dinero también. Los medios de Prisa se mantienen por sí mismos y poco pueden hacer. Ya lo intentaron y no pudieron: desde querer meter en la cárcel a Polanco y a Cebrián hasta ponernos todas las dificultades posibles como ha hecho Zapatero.

–No son buenos tiempos para el periodismo.

–Y no sólo para la prensa escrita. En Estados Unidos, las televisiones de opinión están ganando a las de información, que están desapareciendo. CNN, que fue la primera siempre, ahora está en tercer lugar, por debajo de Fox y NBC. La gente quiere cada vez menos información y que se lo den todo mascado. Cada vez lee menos, analiza menos y se entera menos por sí misma; la gente es cada vez más vaga y quiere que se lo den todo comido, no quiere pensar. Sólo en este mundo son posibles programas como Gran Hermano, con unos tipos que dicen todo el día ´me cago en la hostia, a ver si me la chupas´. O gente como los cornetas, diciendo las cosas que dicen; o en un mundo en el que la revolución es el Twitter, donde no puedes escribir más de 140 caracteres. Y cada vez más hacemos periódicos para que se lean menos, incluido El País.

–¿Ah, sí?

–Los directores y los maquetadores siempre que hacen cambios dicen que es para que el periódico sea más atractivo y se lea mejor. No es verdad, es para ayudar a no leer: muchos titulares y muchos recuadritos para que sólo se lea eso. La gente no lee nada, no quiere leer, les gusta que otros hablen y opinen por ellos. Sólo así pueden tener éxito las tertulias de El gato al agua [Intereconomía]

–Le han llamado ´Savonarola´.

–Me llamaron cosas peores. Ellos, que insultan todo el día a los demás, tienen la mandíbula de cristal y cuando les dices algo saltan como monjas ofendidas, ´¡Dios mío!´.

–Y ´aprendiz de Beria´.

–Sí, pero bueno. Lo que no comparto es lo de ´perro no come a perro´, periodista no come a periodista, porque eso lleva a la omertá. Los periodistas tenemos que denunciar a los periodistas corruptos, falaces, mentirosos y que dificultan la convivencia como estos. Yo no me voy a callar. Ellos no lo hacen y yo, tampoco.