George Alan O´Dowd (Kent, Inglaterra, 1961) alcanzó la fama como cantante de Culture Club e intérprete de éxitos como Do you really want to hurt me y Karma Chamaleon. Tras varias etapas como dj vuelve al frente de su banda con el mismo estilo y aires de evolución.

-Suele visitar Ibiza desde hace treinta años, tiene incluso varias propiedades en la isla.

-Vengo cada año desde 1987, casi siempre para trabajar. Hubo una época en la que había un poco de hostilidad hacia los clubbers, pero parece que ha pasado, da la impresión que se ha civilizado en este aspecto. Ahora llegas al aeropuerto y hay tiendas y publicidad de clubes y promotores. Hace veinte años no tenía la misma visión que ahora, no la conocía, vivía de noche, iba a los clubes, estaba de fiesta toda la noche, dormía por el día y tenía otra manera de pensar. Ahora vengo a trabajar, pero la disfruto también. Creo que la isla ha cambiado mucho, se ha relajado todo. Sigue habiendo locura, pero de una forma más controlada. A lo mejor es mi visión particular porque yo también estoy más tranquilo.

-¿Ha cambiado el concepto de la isla como destino turístico?

-La gente se ha dado cuenta de que es un destino de vacaciones maravilloso, no solo una isla de clubbing. He venido con mi familia y hasta con mi madre, algo que no se le hubiese ocurrido hacer en los ochenta o principios de los noventa. El ambiente es ahora más distendido y los clubbers son más sofisticados.

-¿Y cómo ve la música electrónica actual?

-La música dance ha crecido mucho. Cuando vine por primera vez en el 87, al que se llamó el "verano del amor", había gente como Alfredo Fiorito, Danny Rampling, Paul Oakenfold, que hacía cosas muy interesantes. Podías escuchar los temas más excéntricos del mundo, desde Phil Collins hasta Diana Ross, no había reglas. La música electrónica se ha vuelto un negocio y consecuentemente hay elementos más comerciales, pero Ibiza sigue siendo un lugar genial donde hay muy buena música dance. La diferencia es que el dance se ha convertido en un gran negocio.

-Ha sufrido varias transformaciones estéticas y musicales en su carrera. Ha pasado de Culture Club al infierno, luego se recicló en Dj y vuelve con Culture Club...

-Mi vida ha tenido muchas etapas, en efecto. No hemos tocado juntos desde hace doce años y nos gustaría celebrar el próximo año el 30 aniversario de Culture Club con una reunión del grupo, porque es una fecha importante. Afortunadamente somos mayores, centrados, hemos evolucionado y nos hemos puesto a trabajar en un nuevo disco. La experiencia ha sido muy interesante, estábamos preocupados por ver lo que sucedería al reunirnos después de tanto tiempo. Estábamos excitados, no sabíamos lo que iba a salir y cómo iba a sonar. Hemos escrito diferentes temas y comprobamos que los puntos de referencia son los mismos.

-¿Cómo suenan sus nuevas canciones? ¿A música electrónica, pop, reggae o dance?

-Suena como somos, Culture Club, pero ahora con una versión más evolucionada de lo que lo solíamos hacer. El estilo sigue siendo el mismo, ya que siempre hemos sido una banda ecléctica, no éramos como los otros grupos "eléctricos" de los 80, éramos más new wave, soul, reggae... Me ha gustado mucho la idea de trabajar con el grupo y estoy encantado con este nuevo proyecto.

-¿Cómo definiría el sonido de sus nuevas canciones?

-Siempre podemos hacer remezclas, pero estamos concentrados en crear temas de mucha calidad y si luego alguien los quiere remezclar irá bien, conozco muy buenos Dj y productores, siempre se puede conseguir una buena remezcla partiendo de una base de calidad. La idea es hacer buena música de calidad con grown-up.

-Conoce casi todos los estilos musicales que ha habido desde los sesenta. ¿Cree que el pop y el rock están quedando relegados ante el dance y el rap?

-Creo que la música actual es popular entre la gente joven, pero nosotros nos dirigimos más a un público de nuestra edad, de 50 años (risas) o 60, ya no falta tanto para eso. Toda la industria musical ha cambiado, prácticamente ya no se venden discos, así que la idea de crear un disco se plantea ahora de forma totalmente diferente. No se hace un tema para conseguir el número uno de las listas, sino porque quieres crear algo muy bueno de lo que puedas estar orgulloso.

-¿Esto obliga a los artistas a volver a la carretera y a tener contacto con el público?

-Lo que importa ahora son las actuaciones en vivo, es lo único tangible que queda ya que todo es descargable de Internet. Ahora el artista es puro y único solo cuando hace directo. El único momento que eres solo tú es cuando actúas en vivo o pinchas como Dj, porque nadie te puede copiar, clonar ni modificar, eres tan solo tú. Un artista exponiendo su arte o música.

-¿Cómo ve el futuro de la música con las descargas de internet y las nuevas tecnologías?

-Si tienes pasión por la música, la vida sigue igual, nada cambia. Para alguien como yo, que respiro música, las tecnologías cambian, pero yo sigo comprando discos y no me bajo nada gratis. Es inviable no pagar nada por obtener música, de la misma forma que no vas a una tienda y robas una chaqueta. Lo mismo pasa con la música, yo la valoro. Puedes conseguir una canción por menos de un euro y eso es nada, hay que respetar esto como mínimo. En términos de hacia dónde va la música, realmente no tengo ni idea. Hay tantos formatos...

-¿Vislumbra algún fenómeno o new wave, o volvemos la vista atrás para repetir fórmulas?

-Siempre hay gente que saca cosas nuevas porque existen diferentes formas de hacer música. Las tecnologías aportan cosas buenas y malas, la buena es que todo el mundo puede hacer canciones, lo malo es que mucha gente hace lo mismo. En lo que respecta a la música dance, la gente piensa que es muy fácil hacer canciones y se crean cientos de temas pero solo algunos llegan a sonar. Las que disponen de cierta musicalidad y profesionalidad marcan la diferencia. La calidad de la producción es también muy importante. Conozco a gente muy buena en la que puedo confiar porque trabajan muy bien. Por cierto, hay un productor español llamado David Penn que es uno de los mejores del mundo para mí.

-Culture Club fue un abanderado de la melodía en sus canciones. ¿Dónde ha ido a parar la melodía, ha pasado a la historia y ya solo importa el beat para bailar?

-La mejor gente siempre mezcla las dos cosas, como David Penn o Daniel Pack. Los mejores productores saben trabajar con vocales. Los que no lo hacen es porque no saben, les es complicado, es más sencillo trabajar con un coro y un verso que se repita. Me gustan las voces porque soy cantante y lo que hago es mezclar voz y ritmo: eso se llama música.

-¿Que le gustaría hacer que no haya hecho hasta ahora?

-Me encantaría tener mi propia emisora de radio para ser totalmente ecléctico, ya que hay mucha música que no se pone, particularmente de los 50 y 60. Hay tantísima buena música que la gente no escucha ni conoce... El problema de muchas emisoras es que ponen las mismas canciones 10 veces el mismo día y hay temas que no pueden poner a determinadas horas del día. Yo tuve la gran suerte de crecer en los setenta, la mejor década que ha existido para mí, ya que sonaban todos los estilos musicales. No había reglas.