-La vida después es una historia de amistad fraternal, ¿puede haber ese tipo de amistad entre un hombre y una mujer?

-Sí, y en la novela lo hay, una amistad entre un hombre y una mujer. Es la primera vez que abordo ese tema. Había abordado el amor entre personas de diferente edad y me parecía interesante ahondar en la amistad entre sexos.

-O dos mujeres que aman a un mismo hombre.

-Que quieren a un mismo hombre, una como esposa y otra como amiga.

-Esa clase de amistad suele causar recelo. 'Él será gay', se dice a menudo.

-Claro, y la novela gira en torno a eso, a esa desconfianza que se produce cuando un hombre y una mujer tienen una relación casi de hermanos. Unos piensan que si él es gay, otros que hay una relación oculta o que uno está enamorado secretamente del otro, y la verdad es que no hay nada de eso, y la protagonista se pasa la novela tratando de convencer de eso al resto de los personajes.

-¿Usted lo ha experimentado?

-Sí, tengo un par de amigos que son sólo amigos.

-Nada de sexo.

-No, porque nunca hubo interés en que lo hubiera por ninguna de las dos partes, como ocurre en la novela. Llega un momento en que ella dice, 'es que no me gusta'. 'No es que sea muy enrollada porque no mantenga una relación con él, es que no me gusta'.

-¿Le pasó con Félix Bayón, a quien dedica el libro?

-Félix, que por desgracia murió, ganó el Ateneo de Sevilla cuando yo gané el Premio Ateneo Joven (1998) y desde entonces se convirtió en el mejor amigo que tuve nunca. Fue uno de esos casos en que dos personas coinciden, se entienden muy bien y lo que hay son ganas de compartir cosas y de celebrar la amistad, que es una de las cosas más raras y más difíciles que hay.

-Estas amistades suelen provocar grandes celos en la pareja.

-Pueden provocar desconfianza. A mí, en este caso, por fortuna, no me pasó, pero sí a otros amigos míos, que han tenido que explicar, o se han encontrado con el otro que no quería entender. Supongo que es muy normal y muy humano desconfiar de la amiga de tu novio o del amigo de tu mujer.

-Esos recelos se han dado ante amistades históricas. Por ejemplo, la de la reina Victoria y su mayordomo.

-Por ejemplo, y fue la primera vez que la reina de Inglaterra tuvo un amigo de verdad. O en el caso de Grace Kelly y Cary Grant, que eran dos de los grandes seductores de Hollywood y entre ellos lo único que hubo fue una amistad muy estrecha. O entre la escritora Colette, una libertina, y D' Annunzio, que era un casanova.

-A veces, es difícil creerlo.

-Es complicado, lo que pasa es que muchas veces dos personas se dan cuenta de que lo que tienen es tan importante que cualquier cosa que la ponga en peligro no merece la pena.

-Ante mujeres como Grace Kelly a un hombre le debe resultar difícil no rendirse. Otra cosa es la amistad entre García Márquez y Carmen Ballcels, pongamos por caso.

-Es que esa es también una amistad profesional. Empezó por una relación profesional y llegaron a ser grandes amigos. Y supongo que resistirse a algo más con Grace Kelly debe ser muy difícil. Igual que con Cary Grand.

-También Huxley y la pintora Dora Carrington, del grupo de Bloomsbury, un círculo bastante promiscuo, por cierto.

-La verdad es que entre Huxley y Carrington llegó a haber una relación sexual, al parecer, lo que pasa es que quedó sublimada porque se dieron cuenta de que por ahí no iban muy lejos, a pesar de que llegaron a vivir juntos.

-Otras veces acabó en tragedia.

-Sí, es el caso de Juan Ramón y de la poeta Marga Gil Roesset, que es dramático porque ella se suicidó. Estaba tan ilusionada con él que recorrió todas las librerías y bibliotecas de Madrid para eliminar todos sus libros anteriores a 1915.

-La de Galdós y la actriz María Guerrero suscitaría los celos de doña Emilia Pardo Bazán...

-Eran otras épocas. A finales del XIX o principios del XX, la amistad entre un hombre y una mujer lo que provocaba eran sospechas. María Guerrero era mucho más joven que Galdós y hubo cierto coqueteo entre ellos.

-Hasta aquí, amistades históricas, ¿y las de ahora?

-Ahora estas cosas se demuestran con el tiempo y se ven que las relaciones eran tan limpias como se creía. Luego, hay veces que se descubre que hay una relación. La relación entre los dos sexos siempre provoca sospechas.

-¿Lo normal no es que haya una atracción física?

-Con muchas personas no hay esa atracción, así que ni se plantea.

-El amor, la amistad, la búsqueda de la felicidad, las segundas oportunidades son temas recurrentes en su obra.

-Son marcas de la casa. Mis novelas son sobre personas y sentimientos, por eso está presentes en ellas la búsqueda del amor y de la amistad. Al final, lo que queremos todos es querer y que nos quieran.

-Nunca son lineales, siempre están llenas de vericuetos.

-No es estrategia, es necesidad; no soy capaz de escribir de forma lineal, necesito apoyar la historia central con historias menores y afianzar la trama con personajes secundarios. También en nuestras vidas surgen personajes secundarios que luego resultan decisivos.

-¿Qué le sugirió esta novela?

-Una conversación en una cena hablando sobre la posibilidad de que un hombre y una mujer fuesen sólo amigos. Me di cuenta de que es un tema que no deja indiferente a nadie y sobre el cual cada uno tiene su opinión. Siempre crea debate. Me interesó y me puse a leer libros sobre amistades que hicieron historia e hice un reportaje.

-Le gusta jugar con los tiempos y los lugares: esta obra transcurre en Madrid, Nueva York, Oxford, Berlín, Londres...

-Me gusta llevar a los personajes por distintos sitios, me encanta esa posibilidad. Como autora, me divierto mucho más, sobre todo si tienes en cuenta que en una novela se trabaja durante mucho tiempo.

-¿Le gusta viajar?

-Mucho, es una forma estupenda de romper con la rutina. Muchas veces el viaje se puede entender como una forma de empezar. Entiendo perfectamente a esas personas que, en una crisis vital, se toman un tiempo y hacen un viaje que supone una especie de paréntesis y marca un antes y un después.

-¿Ya está dándole vueltas a su nueva novela?

-Sí, pero tengo ideas muy generales. Hasta que acabe la promoción y pueda romper con estos personajes y esta trama, no voy a poder meterme en otra.

-Cumple como un reloj: cada dos años y medio, una novela.

-Para un autor lo más interesante es tener libro en el mercado cada cierto tiempo. Hay autores que pueden sacar novela cada menos tiempo, pero yo no tengo lectores como para sacar una novela al año.

-Y de 400 páginas.

-No sé qué me pasa pero cuando me hablan de una novela corta me pongo a temblar. Y eso que había prometido a mi editora ser esta vez algo más breve.

-Sin embargo, cultiva el cuento.

-He escrito cuentos pero siempre por encargo, y creo que no soy buena cuentista. Soy mejor novelista que cuentista. El cuento me parece el género más difícil que hay.

-Sus libros son de fácil lectura, ¿aspira a un amplio público?

-Cualquier autor lo que quiere es llegar a muchísimos lectores; no me creo a esos autores que dicen que prefieren tener pocos lectores pero escogidos. Necesito temas que me diviertan, no tengo ninguna voluntad de trascender; me da igual lo que ocurra con mis libros dentro de cien años. Lo que quiero es pasarlo bien mientras escribo y que los lectores se diviertan también. Con la crisis actual, la literatura va a ser una vía de escape para muchísima gente y eso es lo que quiero que ocurra con mis libros.