El reciente anuncio de que la Casa del Rey aplicará luz y taquígrafos en sus cuentas se produce en plena crisis Urdangarín pero también entronca con la actitud del resto de monarquías europeas, que tampoco están libres de escándalos. Los ajustes presupuestarios han puesto en el punto de mira los gastos que suponen las casas reales, por su opacidad y la necesidad de justificar ante el pueblo su rentabilidad. La reina más cara de Europa, Isabel II de Inglaterra, decidió en 2001 hacer público el desglose detallado de sus gastos. Ahora, ha sido la última en sufrir el tijeretazo y ha dejado fuera de sus arcas a Guillermo y Catalina.

La Corona española pasa por ser de las más económicas. Concretamente, la segunda por la cola, que corresponde a los duques de Luxemburgo de acuerdo con el ranking que realizó, el pasado año, el catedrático de Ciencias Políticas de la Universidad Libre de Bruselas, Herman Matthijs. En 2011 recibió del presupuesto del Estado 8,9 millones de euros, un 5,2% menos que el año anterior.

La financiación real está definida en la Constitución: el Estado fija cada año, escuchadas las necesidades de la casa, una cantidad global destinada "al sostenimiento de su familia y casa", cantidad que el Rey distribuye después libremente. Esta es la partida específica, pero no la única. Como en el resto de monarquías, habría que sumar otros gastos, que asumen las administraciones, como seguridad, vehículos oficiales, la Guardia Real o la plantilla de Patrimonio Nacional a cargo de los palacios. Con este presupuesto se mantiene también la Casa del Príncipe. En 2004, con motivo de la boda de Felipe y Letizia, se planteó la conveniencia de que el príncipe heredero contara con un sueldo fijo como Federico de Dinamarca, Felipe de Bélgica o Haakon de Noruega. Hasta Máxima Zorreguieta, esposa del príncipe de Orange, futuro rey de Holanda, cuenta con asignación propia. Las infantas reciben "dietas" en función de su asistencia a actos oficiales.

La casa real española se alimenta exclusivamente del dinero público. Hay una razón histórica para que sea así: procedente del exilio, el rey Juan Carlos llegó a la Zarzuela sin patrimonio. Todo lo contrario que Isabel II que, de acuerdo al listado de Matthijs, encabeza la lista de gasto con 46,6 millones de euros al año. Reciben mucho dinero de los contribuyentes, pero tienen muchos ingresos propios -rentas, negocios, etc.- y de ellos viven 17 miembros. El duque de Edimburgo es el único con salario anual. A los demás les reparte asignación la reina. El príncipe de Gales dispone, además, del próspero ducado de Cornualles.

El segundo lugar lo ocupa Holanda (39,6 millones en 2010) seguida de Noruega (28), Bélgica (13,7), Dinamarca y Suecia (12). Mónaco -donde el príncipe también tiene negocios- se considera muy caro en relación a su población. El último puesto es Luxemburgo (8,7). Los príncipes de Liechtenstein no reciben dinero.