-¿Cómo ha sido el reencuentro con Peter Pank, personaje que creó hace 25 años?

-Lo he vivido con una mezcla de sentimientos. Por un lado es algo muy antiguo para mí pero por otra parte he visto que sigue siendo un personaje casi tan fresco como al principio. Aunque sea antiguo, Peter Pank no es una antigualla.

-¿Cómo nació el que está considerado su personaje más popular y carismático?

-Un día, haciendo dibujos sin intención precisa, me salió un punki, muy chulo, con personalidad, pero se quedó en un cajón. Meses después, conversando con otros dibujantes, uno de ellos hizo el juego de palabras Peter Pan, Peter Pank. Se me encendió la bombilla y vi que era ese el personaje que buscaba. Quería parodiar de un modo salvaje la película de Disney con punkis, heavis y rockers, hacer una crítica social sobre las tribus urbanas. El personaje alcanzó un eco que nadie, ni siquiera yo, preveía. Lo más asombroso es que, con los años, se ha seguido vendiendo. Parece que hice algo que en el fondo está resultando intemporal.

-¿El azar siempre está detrás de la creación de sus personajes?

-Mis personajes nacen normalmente por casualidad. Gustavo quizá fue el único que nació de un modo muy premeditado. Tenía un marco teórico y tuve que diseñarlo para encajarlo. Bardín también nació de un dibujito para nada y de repente dije: tiene posibilidades.

-¿Contra qué peleaba Peter Pank?

-En realidad no peleaba más que contra el sistema, la autoridad, aunque vivía en una isla sin sistema y de hecho él era el cabrón que mandaba allí. De entrada no tenía principios, solo buscaba la juerga continua. Era algo amoral, quería vivir el momento presente, que luego se ha convertido en un lema de la nueva era, pero ya los punkis hacían eso.

-¿Hay mucho de Max en Peter Pank?

-Muy poco. Uno también tiene su lado malo pero yo no era un punki, aunque simpatizaba con la música y con el rollo anarco.

-¿Peter Pank hoy sería un indignado o un antisistema? -Los límites entre lo que podemos llamar antisistema e indignado son difusos. Creo que hoy seguiría siendo un antisistema y una especie de cabrón simpático.

-La primera página que dibujó, Sueño, fue en la década de los 70, ¿verdad?

-Así es. Tenía 17 años y acababa de conocer a un grupo de gente que se planteaba autoeditarse un cómic. Franco todavía estaba vivo. La intención era publicarlo clandestinamente y venderlo por la calle. Me junté con esa peña, era mi primera ocasión de publicar una historieta. La hice de la noche a la mañana, con prisas y a lo loco, improvisando la manera de dibujar, porque carecía de estilo. Es una historieta muy mala, pero bueno, es la primera.

-Usted iba para pintor, pero le divertía más el cómic.

-Sí. El cómic era lo que más me gustaba hacer cuando no tenía nada que hacer. Era autodidacta total. Aprendí inventándome cosas o copiando dibujos de El Pulgarcito, Tintín y dibujos animados de la tele como El Coyote y Correcaminos.

-¿Le ha gustado la película de Tintín?

-No la he visto. A mí esto de la animación en 3D me parece como tramposo. No le veo el sentido a intentar hacer una animación que parezca real. Me parece un quiero y no puedo. La animación tiene que ser cómica, disparatada, loca.

-¿Ve a alguno de sus personajes en la gran pantalla?

-Muchos se podrían convertir en dibujos animados, en actores de carne y hueso ya no lo tengo tan claro. A mediados de los 80 tuve un par de ofertas para pasar Peter Pank al cine: una con personajes reales y la otra con marionetas. Ninguna cuajó. Yo miraba todo desde la barrera, simplemente dejaba hacer.

-Con Pankdinista, tercera obra de la trilogía de Peter Pank, retrataba a su generación. ¿Sigue sintiéndose solo y perdido entre su propia generación?

-Mi generación ha sido la que ha provocado el caos económico en el que vivimos hoy en día. Parecía que éramos una panda de hippies idealistas y resulta que eran lobos con piel de cordero. Este álbum ajusta cuentas con gran parte de mi generación, que yo siempre había sentido que se había pasado al enemigo, por la pasta. Y no, ya no me siento ni solo ni perdido en mi propia generación. Eso ya se me ha pasado. También se me ha pasado el sentirme parte de una generación. Eso ocurre cuando eres muy joven. Ahora mismo tengo amistades entre gente de un rango de edad muy amplio. Tiendo a relacionarme con gente algo más joven.

-¿Echa en falta una juventud más rebelde y contestataria?

-Sí, pero habrá una vuelta de la rebelión juvenil. Con los tiempos que corren, ese clima volverá. Cada día veo a gente más cabreada.