-¿Qué pasa en el cine español que varios directores se han pasado a la literatura?

-En mi caso siempre había querido escribir una novela y surgió la oportunidad y tampoco es que el cine esté en auge.

-Ojalá su historia fuese política ficción, como la han etiquetado, pero se parece demasiado a la realidad. Y es deprimente.

-No es política ficción, yo quería escribir una novela realista. Lo único, que la realidad es tan brutal que no me costó mucho. El panorama es un poquito desolador. No es que haya caído un meteorito en la Tierra y haya producido la crisis, nosotros mismos nos hemos metido en un lío monumental.

-¿Lo que quería reflejar en definitiva es el desapego entre la política y la sociedad?

-El trasfondo de la novela buscaba explicar qué nos está pasando, cómo los mecanismos democráticos han caído tan fácilmente. Hasta ahora estábamos acostumbrados a que los presidentes eran los que mandaban, para bien o para mal. Pero parece que si tomo diez decisiones, no las tomo yo, me las toman. Por eso escribí la novela.

-Si manda la economía, ¿dan igual las ideologías?

-Yo creo que sí hay una parte que tiene que ver con las ideologías. Lo que sí está claro es que hay una que ha fracasado rotundamente, y todos caímos, en lo fantástico de que todo sea privado y el mercado libre, pero no ha funcionado. La otra ideología está en babia, pero creo que no todos son iguales.

-Sus ciudadanos organizan una especie de resistencia política, ¿es eso el 15-M?

-Creo que el único sistema posible para transformar las cosas, mientras no se demuestre lo contrario, es la política. Comprendo lo del 15-M, yo no puedo pensar igual que ellos, si tuviera 30 años quizá, pero creo que hay que canalizarlo. Esta idea de que todos los políticos son unos gilipollas al final no conduce a nada bueno y lleva a que salgan políticos raros. Aunque sea más aburrido, creo que hay que seguir intentando que la política vuelva a tener su reconocimiento. Echando la vista atrás a la historia, en situaciones muy difíciles la política ha sacado adelante el país.

-El mundo del cine en España ha sido criticado por su politización.

-Todos podemos cometer excesos. La gente del cine, artistas, etc., siempre ha sido bastante vocinglera. Pero el cine y el audiovisual español es algo bastante más serio que una manifestación. Clint Eastwood es un hombre conservador y hace un cine maravilloso. O John Ford. Es algo ya resuelto hace 40 años.

-Se muestra usted un gran fan de las nuevas series de la televisión estadounidense.

-Sin duda. Es que ahora mismo estoy convencido de que el gran cine se está haciendo en Estados Unidos e Inglaterra en las series. Las veo todas.

-Rinde homenaje a los toros -su padre fue banderillero de Antoñete-.

-Los toreros, te gusten o no, no son como los demás.

-Sus malos son muy malos pero los buenos no son buenos.

-No, tampoco, esa es la clave.