-Tatúa pieles pero también tatúa muebles.

-Cuando me lo propusieron me quedé a cuadros. Tatuar un mueble me pareció muy loco, divertido, atrevido.

-¿Y prefiere trabajar sobre muebles o sobre la piel?

-Las dos cosas son bonitas, pero lo bueno de un mueble es que no se queja, no habla y me deja ir a mi aire. No opina, hago lo que quiero, como si fuera un lienzo en bruto, como pintar un cuadro.

-¿Es lo más parecido al arte convencional que ha hecho?

-Sí, es arte en estado puro. Tatuar en piel es superdifícil, mucho más que cualquier disciplina del dibujo porque no tienes posibilidad de retoque. Si te equivocas, vas al horno con patatas.

-¿La gente se le queja?

-Hay algunos que sí. Son quejicas y se quejan antes de que empieces a pincharlos. Están esperando en la recepción y ya les duele solo escuchar la máquina si hay alguien en la camilla antes que ellos. Hay gente que aguanta muy bien el dolor. Si los obligaran, nadie se tatuaría. Lo bonito del tatuaje es que haya ese dolor para que ese momento que inmortalizas en la piel sea inolvidable.

-Empezó pintando platos.

-Pintaba paisajes en platos para los turistas y poco a poco empecé a hacer bodypainting. De día, platos y de noche pintaba a las gogós en discotecas. Un día me vio un diseñador muy importante de Argentina y me propuso pintar a unas modelos para un desfile de vestidos de novia. Era un trabajo brutal con pincel y aerógrafo, se copiaba fielmente el vestido, nueve horas de trabajo. De ahí pasé al tatuaje. Tatuar es como dibujar, la aguja es un pincel que hace ruido, un lápiz.

-Y a tatuar famosos.

-Porque las modelos, como son muy guapas, tienen novios muy guapos que, por lo general, son futbolistas. Conocí a futbolistas en Argentina, como Ibagaza o Riquelme. Vine a España a una convención de tatuajes, Ibagaza estaba jugando en el Atlético de Madrid y cuando se enteró de que estaba aquí vino a tatuarse. Me trajo a Fernando Torres y a raíz de Fernando vino Dani de El Canto del Loco, casi todo el Atlético de Madrid y el equipo blanco: Guti, Sergio Ramos, Albiol, Arbeloa, el Kun Agüero... Y empecé a bandear por todos los equipos, a irme a Londres, a viajar... Me abrió las puertas. Tatúas a Alejandro Sanz o a Torres y la gente te reconoce porque son ídolos de masas. Ponen una foto en Twitter y ya está.

-¿Le molesta que le llamen 'el tatuador de las estrellas'?

-No, me da igual. Al principio me chocaba, pero ya no.

-¿Le temblaba el pulso al tatuar a los primeros famosos?

-No, no sentía más presión que al tatuar a otros. Me da lo mismo tatuar al frutero del mercado que a Ricky Martin o Alejandro Sanz.

-Fernando Torres montó un estudio en su casa de Liverpool.

-Sí. Viajo con un instrumental delicado. En los aeropuertos te revisan mucho y dos o tres veces se me fue la maleta a otro país y llegar a un sitio, al que vas a trabajar, y tener el material en la otra punta del mundo... Hasta que te lo mandan pasan días. Fernando, como tenía que tatuar a la mitad de su equipo, me dijo que me montaba algo en su casa, un chiringuito. Pidió las camillas, lo que necesitaba y montamos un estudio. Pepe Reina, Arteta y muchos españoles vivían casi en la misma manzana. Nos juntábamos en su casa de barbacoa y tatuajes.

-¿El momento del tatuaje es un momento de confesiones?

-Sí, como el médico con el paciente. Es un momento de terapia. Escoges a tu médico y cuando no está y te atiende otro no le cuentas lo mismo. Es un momento muy especial. Alguien te regala un trozo de su piel para toda la vida. Como artista agradezco la posibilidad de que alguien me confíe su piel para hacer algo eterno.

-¿Guarda muchos secretos?

-¡Puedo escribir tres best sellers con lo que sé!

-¿Por qué a los futbolistas les gusta tanto tatuarse?

-Beckham rompió la tendencia, fue el pionero de tatuarse bestial, y en los vestuarios hay competencia con todo. Los futbolistas son muy caprichosos, en todos los sentidos. Si uno tiene un coche cual, el otro quiere un coche tal. Si uno se tatúa mucho, el otro se tatúa más. Empiezan una pequeña guerra social. Los futbolistas y sus seguidores, que los copian. Desde el corte de pelo al tatuaje. A mí me piden que les haga los mismos que les hice a Guti o a Fernando, las estrellas de Dani...

-Antes los tatuajes eran algo de presos, marinos y putas.

-Los futbolistas empezaron a romper ese vínculo del tatuaje con lo prohibido, con lo malo. Que modelos y futbolistas expusieran sus tatuajes, que se les viera tatuados por completo, hizo que se vieran de otra manea. La gente piensa 'si los llevan ellos, no será tan malo'.

-Dice que le piden los mismos tatuajes como los de los famosos. ¿No son dibujos exclusivos?

-Sí, todos quieren su tatuaje para ellos. No trabajo con catálogos. No vienes al estudio y me dices 'quiero este delfín' porque entonces te encuentras a la señora del Bajo A en la piscina con el mismo delfín. Se dibuja al momento. Y ese dibujo no pertenece a nadie. O se regala al cliente o se rompe.

-¿Qué tatuó a Fernando Torres?

-Su nombre, los de su mujer y sus hijos, y una fecha en números romanos en la pierna. El último se lo hice antes de la Eurocopa, en Sevilla, le tatué en latín 'después de la tormenta sale el sol'. Y marcó dos goles ante Irlanda.

-¿A Guti?

-Algunas cosas sueltas y el brazo completo con los motivos de la Capilla Sixtina. Entretenido.

-¿Sergio Ramos?

-Frases en las costillas, le repasé los que tenía, le arreglé una virgen medio pachucha, unas en las muñecas... Tiene un montón.

-¿Dani Martín?

-Casi todo. Las estrellas, fuego, unas calaveras... Lo que es su vida: rock mezclado con locura. También el nombre de su madre, de su padre, de su hermana. Lleva los nombres de todos.

-¿Alejandro Sanz?

-Toda la pieza que lleva de Picasso, unos ojos y le repasé cosas que tenía viejas de Estados Unidos.

-Faltan futbolistas del Barça entre sus clientes.

-Falta alguno del Barça, es algo pendiente, una espinita. Pero eso es porque estoy lejos de Barcelona y no me puedo repartir más. Con los del Madrid y el Atlético tengo mucho trabajo. ¡Me atacan de los dos lados! También hago muchos futbolistas del Sevilla, el Málaga, el Alavés, el Valencia... En la selección española tenía unos cuantos: Mata, Cazorla, Torres, Ramos, Albiol, Arbeloa... Con los que he tatuado hago un equipo fantástico. Me encantaría tatuar a alguno del Barça, a cualquiera de ellos, porque son la gran selección.

-¿Alguien en especial? ¿A quién tatuaría?

-A Messi. Bueno, y a Cristiano Ronaldo también, para que no se enfade. Messi lleva tatuajes, pero Cristiano no. Xavi e Iniesta tampoco llevan. Es una putada, pero seguro que en algún momento me los cruzo.