-¿Por qué hay tan poca bibliografía sobre Carmen Polo?

-Todo el foco estuvo puesto en Franco, y la enorme influencia, más que poder, de su esposa quedó un poco en la sombra. Y se extendió la imagen de que era apolítica, sin inclinaciones de ejercer un papel político. Una mujer entregada a la causa de su marido. Al franquismo no le interesaba poner en primer término su gran influencia en el mantenimiento de esa España puritana, beata, donde había que guardar las apariencias de las buenas costumbres, sin que nada se saliera del guión del régimen.

-¿Qué cuenta de Carmen Polo que no se supiera?

-No hay revelaciones, pero sí te puedo decir que he visto la dimensión humana de una persona con mala prensa en general, una persona poco simpática y altiva, y eso influyó para que la gente pensara que era muy fría y distante. Conforme fue produciéndose el ascenso de Franco, fue sufriendo una transformación, un encumbramiento que no favoreció a su proximidad con la gente de a pie. Se encerró en El Pardo, rodeada de su camarilla, gente que cumplía a rajatabla sus deseos. Se hacía llamar 'la Señora', que es el tratamiento de las familias reales. De Carmina a doña Carmen. Vivió en una burbuja donde no se contaminaba con la España de la miseria y la represión. En su mundo. Aislada. Fue una niña con sueños de grandeza que le inculcaba su institutriz para prepararla como compañera perfecta.

-Y entonces conoce a Franco.

-Cuesta entender el flechazo por Franco, un personaje bastante gris, poco atractivo, bajito, nada fuerte, de voz atiplada. No era precisamente el príncipe azul. Es el gran misterio. Es fácil entender que él se enamorarse de ella, una joven de alta posición, guapa, educada, que habla idiomas. Una chica que le ayudaría a prosperar. Se veían de balcón a balcón, ella en casa de una amiga y él enfrente, porque el padre de Carmen no quería ver al 'Comandantín' ni en pintura.

-De haberse casado con otra mujer, ¿la historia sería distinta?

-No, las mujeres en ese tiempo tenían un papel secundario, de reposo del guerrero. Podían influir a la hora de practicar una caridad de beneficencia, proporcionar canastillas a gente con pocos recursos y cosas así. Podía haber mostrado más interés en destacar como profesional con su propio espacio, pero no lo hizo. Estaba obsesionada por servir a su marido, y alejó a las personas que podían hacerle sombra, como Serrano Suñer, o a los hermanos de Franco. A Nicolás, que había sido muy cercano, pero con unas... digamos rarezas, y a Pilar Franco, lenguaraz e indiscreta.

-¿Influyó en ella ser ovetense?

-Los asturianos son muy de la tierra y eso ella lo mantuvo. Pero como Franco era gallego, los veraneos eran en Meirás y A Coruña, Asturias fue quedando en segundo plano por la fuerza de Galicia.

-¿Fue la mejor guardaespaldas de su marido?

-Sí, lo que pasa es que al final la salud de Franco estaba muy deteriorada, los últimos años fueron tremendos. A partir de entonces ella se vuelve intrigante, se mueve para casar a su nieta con Alfonso de Borbón y para él sea el Príncipe de España... Cogió manía a los Príncipes, veía que cuando muriera Franco sería el principio del fin.

-¿Una mujer con tanto poder cómo vivió perderlo?

-Lo debió de vivir con resquemor y queja permanente pero no tanto por perder su posición como porque lo que había construido su marido, que decía que estaba todo atado y bien atado, en realidad estaba cosido con hilvanes, y en dos años el edificio del franquismo se diluyó como un azucarillo. De ser la familia más mimada y elogiada, pasó a leer críticas contra ella en la prensa. Pero no tenía motivos para quejarse porque no hay en la historia muchas familias de dictadores que siguieran en el país sin tocarles las propiedades, sin impedirles vivir gozando de un estatus económico desahogado.

-Sobre el matrimonio circulan muchas leyendas, incluida la paternidad de Carmencita.

-Esas historias tan rocambolescas pueden ser verdad, pero si no hay pruebas. Se suele decir que nadie la vio embarazada, pero, aparte de Pilar Franco, hubo una prima que dice haberla visto. Pasó el final del embarazo en Oviedo, había muerto su padre meses antes, quizás por eso no haya fotos del embarazo.

-¿Malcrió a su familia?

-Su nieto Francis confiesa que fue supermimado, el ojito derecho de su abuelo, y Carmen también fue muy mimada. Y quizás en eso haya que buscar el motivo de que de que luego se pusiera el mundo por montera. Si Franco y su mujer levantaran la cabeza, verían que su familia hizo justo lo contrario de lo que les impusieron como moral.

-¿El matrimonio en la intimidad difiere del No-Do?

-Franco llevaba una vida muy sobria, sin grandes dispendios, comía una tortilla a la francesa, veía la tele un rato, y a la cama. Era una pareja muy unida, estaban bastante pendientes el uno del otro.

-¿Era comprensiva con la corrupción?

-Franco hizo la vista gorda, y ella mucho más.

-¿Era consciente de los desmanes de la dictadura?

-Era imposible que no se enterara, igual que sabía que su marido iba a participar a una rebelión militar.

-¿Era de gran religiosidad?

-Cuando iba con su marido a cazar o a pescar, estaba todo el rato con el rosario. Mucho rezo, mucha obra de caridad, pero todo fachada. Debía ver muy coherente ir siempre a la última en pieles, joyas, sombreros...