-La época que perfila en el libro se caracteriza por la incertidumbre. ¿Vamos a vivir con más inseguridades?

-El siglo XXI se caracteriza ya por una volatilidad sin precedentes. Los mercados no se calman, los gobiernos caen; los movimientos de protesta se multiplican, y en algunas zonas se producen fenómenos como la primavera árabe, que todavía no ha terminado.

-¿Nuestro mayor problema consiste en asumir que nada volverá a ser como antes?

-Nos engañamos si pensamos que podemos volver a esa situación. El mundo ha cambiado, sobre todo por el ascenso de los países emergentes?

-¿El proceso en el que estamos en España nos impide ver las variaciones de tendencia que nos abocan a una nueva época?

-España es un microcosmos de Europa. Europa es un continente cansado, que agoniza, que no tiene sentido del rumbo a tomar. Tenemos un déficit de liderazgo. Los problemas se acumulan: deuda, desempleo, envejecimiento...

-¿El auge de los países emergentes será la puntilla a nuestra economía?

-En la economía global se produce constantemente una especialización. Lo que debemos hacer es especializarnos en lo que podamos hacer mejor que los emergentes.

-¿Qué ventajas tienen las economías clásicas respecto a las emergentes para competir?

-Las economías de Europa y Estados Unidos pueden seguir compitiendo en tecnología y conocimiento. Pero países como China e India podrán también competir así en el futuro. No queda otra alternativa que reducir costes y seguir innovando. Las dos cosas son necesarias.

-¿Ni siquiera nos queda ya el consuelo de la mayor estabilidad de occidente como garantía de la actividad económica?

-Europa y Estados Unidos son de momento un oasis geopolítico, pero su tranquilidad depende de lo que ocurra en otras partes del mundo porque son economías integradas en el comercio y la inversión internacionales.

-¿La pérdida de peso económico de Europa influye en la estrategia alemana?

-Alemania es un país complejo y muy importante en Europa y el mundo. Pero también titubea a la hora de ejercer liderazgo. Necesita aprender a liderar una Europa más competitiva. De momento no lo ha hecho, sino que insiste en recetas que parecen no funcionar.

-Además la vieja Europa lo es también en población.

-Es la zona del mundo más afectada (salvo Japón). Y nos va a hacer mucho daño. Hay que buscar fórmulas para que los mayores sigan siendo productivos y puedan ayudar a realizar esa transición hacia una población de menor tamaño.

-Dice que las multinacionales de los mercados emergentes triunfan sin tecnología. ¿En qué consisten esas fórmulas?

-Es innovar no solo en tecnología sino también en creatividad, ejecución y recombinación de recursos y de fortalezas. El truco consiste en buscar soluciones sencillas para competir globalmente.

-La competencia por los recursos naturales se endurecerá, según sus previsiones, y afectará a los alimentos.

-En estos momentos se da un crecimiento poblacional todavía rápido en África y el sur de Asia, y además la nueva clase media en los países emergentes quiere comprar otros alimentos que requieren más energía y más transformación. Los organismos internacionales prevén que los precios de los alimentos se dupliquen entre hoy y el año 2025. Esto significa que los países y las capas sociales más pobres van a sufrir mucho, y esto seguramente agravará la volatilidad geopolítica.

-Anuncia que el futuro traerá menos pobreza pero más desigualdad ¿Está anticipando la extinción de las clases medias?

-El auge de las economías emergentes está reduciendo el número de personas por debajo del umbral de la pobreza pero aumenta la desigualdad y la distancia con los más ricos se agranda.