El 21 de junio de 2012, Felipe de Borbón pronunció una conferencia en las aulas de Harvard. La tituló España: una nación americana y apoyó su disertación en cinco pilares: el histórico, el cultural, el lingüístico, el político y el económico. Habló de la identidad de España, de sus vínculos con Europa y, sobre todo, con América. Y, en un plano más personal, citó la estrecha relación que mantiene con todo el continente americano, al que ha realizado decenas de viajes. Entre el público se sentaban numerosos profesores de las universidades del denominado corredor de Massachussetts. A la charla siguió un animado coloquio en el que el Príncipe participó activamente. Estuvo brillante.

"Es una sorpresa, este es un hombre muy preparado", comentó Teresa Guillén, hija del poeta Jorge Guillén, que asistía a la charla.

"Preparado" es una palabra que se escucha mucho en las últimas semanas para definir al príncipe de Asturias, que hoy cumple 45 años. Lo dijo el Rey, en la polémica entrevista que le hizo Jesús Hermida para TVE. "Es el príncipe de Asturias más preparado de la historia", afirmó un aparentemente orgulloso padre, poco dado a elogiar a su hijo con quien, según se dice en los mentideros madrileños, mantiene una inexplicable rivalidad.

Y a esos calificativos sumó otros más paternales: "Es una bendición del cielo y una persona encantadora" y es "de una gran honestidad intelectual, muy trabajador y muy leal".

"No hay duda de que está preparado. Lo he comprobado en los actos en los que he participado y en dos viajes en que le acompañé. Conoce muy bien la realidad nacional y tiene una reputación soberbia en el ámbito internacional. Es un hombre muy viajado, gran observador, gran preguntador y gran anotador", afirma Víctor García de la Concha, director del Instituto Cervantes. "Le encanta analizar las cosas, pregunta una y otra vez", añade el académico.

A los 45 años, don Juan Carlos ya llevaba ocho años reinando y si se mira a la historia, su bisabuelo y su tatarabuelo, décadas. Felipe de Borbón es heredero de un trono en el que los reyes, al contrario de lo que sucede en Holanda, no abdican. Lo viene reiterando el Rey y siempre lo da dicho doña Sofía. Aunque en los dos últimos años, aquella frase que pronunció la Reina "ni el Rey está cansado ni el Príncipe impaciente", parece haberse quedado antigua.

2012 ha sido el "annus horribilis" de la monarquía española y lo que ha transcurrido de 2013 no parece mejorar. A la imputación de Iñaki Urdangarín, esposo de la infanta, en el caso Nóos, se suman el escandaloso viaje del Rey a Botsuana, las intervenciones quirúrgicas del monarca y las tensiones que la actividad institucional están causando a la princesa Letizia „que la han obligado a reducir su agenda con el Príncipe„, hechos más que suficientes para perturbar una vida expuesta casi a diario al juicio ciudadano. Si a eso se añade la ruptura de los vínculos familiares, don Felipe no está para muchas celebraciones.

Y mientras todo esto ocurría, él asistía a 253 actos institucionales, convirtiéndose, el pasado año, en el miembro más trabajador de la familia real.

Bien es cierto que, dados los tiempos de crisis, con un salario aceptable: cerca de 150.000 euros anuales, descontando la paga extra de julio, que ha vuelto a recuperar este año.

Pero Felipe es hombre sereno y seguro, dicen quienes lo conocen. Su matrimonio por amor con la periodista Letizia Ortiz, y sus dos hijas, Leonor y Sofía, lo han ayudado a madurar. Se ha robustecido y ha ganado en cercanía, aunque todavía carece del favor popular que tenía su padre.

"Tiene una especial capacidad para alentar la concordia. Antes de tomar una decisión estudia, reflexiona y piensa. Después, cuando la toma, es muy difícil que cambie", dice Graciano García, director emérito de la Fundación Príncipe de Asturias. Don Felipe celebra hoy su cumpleaños en familia. Y cumplirá con su agenda inaugurando la feria Fitur, en Madrid. En este caso, acompañado de la Princesa.