José García Abad (Madrid, 1942) se ha hecho un experto en la monarquía española a golpe de libros. Su última novela, Don Juan, náufrago de su destino, que trata sobre la poco conocida figura del padre de Juan Carlos I, don Juan de Borbón, se está presentando estos días.

-¿El título del libro puede actualizarse y cambiarse por Don Juan Carlos, náufrago de su destino?

-Por qué no. La monarquía española atraviesa el peor momento de su historia aunque el Príncipe gana puntos cada día y, según los sondeos, es la figura mejor valorada de la casa real. Juan Carlos I ha naufragado después de una singladura bastante larga. Desde el episodio de la caza de elefantes en Botswana y el escándalo de Iñaqui Urdangarín, el Rey está de capa caída y han aumentado las voces que susurran la palabra abdicación. No debemos olvidar que todas los miembros de la familia son importantes y que la infanta Cristina está dentro de la línea de sucesión, en concreto, ocupa el séptimo puesto. Este tipo de escándalos restan credibilidad a la monarquía en su conjunto.

-¿Ha recibido asesoramiento de algún miembro de la monarquía española para este libro?

-Puedo decir que les tenía rodeados desde que escribí La soledad del Rey. Es un comentario jocoso pero, en realidad, me estuve documentando durante año y medio. Evidentemente tengo numerosas fuentes del entorno. Siempre he escrito con total libertad y nunca me he sentido presionado o cuestionado. Es fundamental tener en cuenta que ninguno de mis libros son biografías autorizadas.

-¿Es poco conocida la figura de Juan de Borbón en España?

-Rotundamente sí. En este libro desvelo muchos detalles y documentos gráficos hasta ahora desconocidos. Gran parte de esa falta de información fue debida a que el padre del Rey tuvo muy mala suerte con su imagen pública y sufría por ello. Primero, durante la época de Franco, le dieron fama de borracho, traidor y masón. Después, cuando su hijo subió al trono, no recibió el reconocimiento general.

-Ponga algún ejemplo sin desvelar el contenido de su libro.

-No me importa contar anécdotas. Sin ir más lejos, don Juan tuvo que renunciar a sus derechos monárquicos de tapadillo, por teléfono y sin ninguna pompa.

-¿Ese tipo de acontecimientos enturbiaron la relación entre padre e hijo?

-Está claro que tuvieron momentos muy distantes. En el terreno personal, la muerte de Alfonso de Borbón (hermano del Rey) por un accidente con una pistola enfrió las relaciones del Rey con sus dos progenitores. En la vida política, don Juan nunca le perdonó a su hijo que no le contara directamente que Franco le ofreció la corona.

-También hay historias entrañables.

-Al menos curiosas. Cuando don Juan agonizaba, su hijo no dejaba de hablarle para que se curase. Se lo había recomendado una vidente. Una de las fotos del libro le muestra posando delante de la que creía que iba a ser su tumba, en el Monasterio de Poblet, en Cataluña, Finalmente, fue enterrado en el Panteón de los Reyes de El Escorial.

-¿Volverá a escribir de la corona?

-Por el momento, no. Me merezco unas vacaciones.