La inauguración de la esperada exposición Velázquez y la familia de Felipe IV contó ayer con la asistencia de la Reina, que hizo de anfitriona en el Museo del Prado durante la visita que cursó a la pinacoteca el presidente de Austria, Heinz Fischer, que fue el invitado de honor en el primer día de la muestra. Pero doña Sofía contó con ayuda: los ministros de Exteriores, José Manuel García-Margallo; Defensa, Pedro Morenés; y Educación y Cultura, José Ignacio Wert, y los presidentes del Congreso y del Tribunal Constitucional, Jesús Posada y Francisco Pérez de los Cobos.

La Reina fue la primera en saludar al matrimonio Fischer y, tras posar con ellos, les presentó a los representantes de las instituciones españolas. Todos accedieron después a las salas de la pinacoteca donde se muestran las 29 obras que conforman la exposición, quince de Velázquez y las catorce restantes realizadas por su taller o por sus sucesores Juan Bautista Martínez del Mazo y Juan Carreño de Miranda. Antes de acudir al Prado, el presidente austríaco había visitado el Museo Thyssen-Bornemisza y había mantenido una reunión en el Congreso con Posada. Hoy acudirá al Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía y se entrevistará en La Moncloa con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.

La muestra que inauguró junto con la Reina consiste en un selecto recorrido por el retrato cortesano de Velázquez desde su segundo viaje a Roma, en 1649, hasta su muerte en 1660, en Madrid. De esta época datan algunos de los lienzos más importantes para la historia del retrato, como Las Meninas, un cuadro que no está presente en estas salas, sino en su habitual ubicación en el Prado, pero que marca y determina el sentido de los 29 lienzos distribuidos en cinco secciones.

No en vano el comisario, Javier Portús, jefe de conservación de pintura española del Museo del Prado, dijo que Las Meninas "dan sentido a esta exposición", no solo como máximo punto de referencia en la historia de la pintura, sino también del retrato. Por ello, y para culminar la visita, una vez concluido el recorrido, el matrimonio Fischer tuvo el privilegio de contemplar el lienzo más famoso de Velázquez en su sala de la pinacoteca, con los comentarios de Zugaza.

Doña Sofía, que fue mostrando al presidente austríaco y a su esposa todos y cada uno de los retratos de la muestra Velázquez y la familia de Felipe IV, se fotografió junto al matrimonio y las demás autoridades ante dos cuadros emblemáticos. El primero, La infanta Margarita en traje azul, de 1659, procedente de la Kunsthistorisches de Viena, una pinacoteca que ha colaborado con este proyecto con el préstamo de cinco obras del maestro sevillano y dos de Martínez del Mazo.

Después se retrataron con otro óleo a sus espaldas, Carlos II como gran maestre de la Orden del Toisón de Oro, del asturiano Juan Carreño de Miranda, pintado en 1677.

Entre uno y otro, la exposición refleja una etapa de la vida del monarca para el que trabajó Velázquez, Felipe IV, y de su familia, que coincide con el fallecimiento de su esposa y del heredero Baltasar Carlos. Diego de Velázquez se ocupó de retratar a su nueva esposa, Mariana de Austria, y a sus hijos Margarita y Felipe Próspero. Entre los cuadros reunidos por la pinacoteca española figuran retratos de Velázquez de su segunda estancia en Italia, como el de Inocencio X procedente del Wellington Museum de Londres, o varios de la reina Mariana y la infanta María Teresa, ya pintados en España, y también otros de la infanta Margarita.